Un nuevo artículo descubre que la Tierra puede cambiar la polaridad de su cambio magnético en tan solo unas décadas | imagen NASA
Washington, 29/08/2018 (El Pueblo en Línea) - Comencemos con un poco de Historia. En 1831, el explorador polar James Clark Ross, oficial y botánico de la Royal Navy, se convirtió en el descubridor oficial del Polo Norte Magnético. El 01 de junio de aquel año, y acompañado en trineo por una partida de inuits, el británico anotó el hallazgo en la Península de Boothia, un inhóspito lugar del Ártico canadiense. Después de aquel descubrimiento pasaron varias décadas sin que nadie volviera a localizar ese punto concreto del magnetismo terrestre. De hecho tuvieron que pasar más de 70 años hasta que otro explorador polar, el noruego Roald Amundsen, consiguió situar de nuevo el Polo Norte magnético de nuestro planeta. Sin embargo, Amundsen se llevó una gran sorpresa: sus mediciones indicaban que el Polo Norte Magnético se había desplazado cientos de kilómetros de la posición original en la que Ross lo descubrió por primera vez.
Hoy sabemos que el Polo Norte magnético se ha desplazado durante el último siglo más de 1.100 kilómetros, y si queréis conocer un dato algo inquietante os diré que hasta hace unas décadas se movía a unos 10 kilómetros por año, sin embargo, y aún no sabemos exactamente la razón, desde 1970 su desplazamiento se ha acelerado y en la actualidad se mueve a unos 40 km por año, reseña Yahoo Noticias.
La polaridad de nuestro planeta no es algo fijo y constante. Se desplaza con el tiempo e incluso cambia completamente cada cierto tiempo. En estos eventos la polaridad de nuestro planeta se invierten, los polos norte y sur magnéticos cambian su localización. Gracias a cientos de estudios en geología, mineralogía y magnetismo sabíamos que la última de estas inversiones se produjo hace 780.000 años. Se conoce como Inversión magnética de Brunhes-Matuyama y hasta ahora es el cambio de polaridad reciente más conocido. Se utiliza a menudo para datar fósiles y restos encontrados en yacimientos arqueológicos, como Atapuerca.