MADRID, 13 jun (Xinhua) -- Máxim Huerta presentó hoy miércoles su dimisión al cargo de ministro de Cultura de España tras conocerse que fue condenado a pagar a la Agencia Tributaria 365.939 euros por evasión de impuestos.
"Estoy convencido de que necesitamos transparencia y por eso me voy. Transparencia hasta cuando no hay nada turbio. Seguiré trabajando por la Cultura como el resto de ciudadanos de este país", explicó Huerta en rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa.
Aseguró que no defraudó a Hacienda y que solo se trató de una multa que ya pagó en su momento.
Huerta, quien fue nombrado ministro hace apenas siete días, anunció su decisión al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, después de que el diario "El Confidencial" publicara hoy que utilizó su casa de la playa para rebajar de manera irregular su factura fiscal de los ejercicios 2006, 2007 y 2008.
El hasta hoy ministro de Cultura, un conocido rostro de la televisión española, afirmó que actuó conforme a la ley que regía en ese momento y por consejo de su asesor, y resaltó que toda la problemática viene "por un cambio de criterio de Hacienda".
La Agencia Tributaria descubrió que la sociedad mercantil usada por Huerta para facturar sus trabajos en televisión, Almaximo Profesionales de la Imagen SL, declaró como gastos de la "actividad artística" que realizaba en Madrid la compra y mantenimiento de un apartamento situado en la costa de Alicante.
La empresa pagaba un tipo del 25 por ciento, mientras que si hubiera declarado sus ingresos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) tendría que haber tributado con un tipo marginal del 48 por ciento durante esos años, informó el diario "El País".
"Facturé a través de una sociedad limitada, algo muy común en el sector de abogados, arquitectos, creadores (...) No era ilegal en ese momento, pero Hacienda decidió revisar todos esos casos", señaló Huerta.
Aseguró que ha sido víctima de una "caza de brujas". "Ya da igual. Pagué al fisco, pero estoy convencido de mi inocencia", dijo.
Huerta insistió además en que a su juicio no fue una condena, sino "una multa" que se le impuso tras perder el recurso que presentó por esas inspecciones ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Sin embargo, medios locales explicaron que las resoluciones judiciales dicen que traspasó los límites de la ética al utilizar de manera voluntaria esos gastos de vivienda para disminuir de forma artificial su deuda con el fisco.
"No importa que no haya fraude ni que haya pagado la multa ni que esté en paz con la Agencia Tributaria, lo que importa es el bombardeo, el ataque contra mí", expresó.
"Me voy porque yo amo la cultura más que nada y porque así voy a poder colaborar más en este sueño que tanto me gusta (...) Ojalá la cultura vuelva a tener el sitio que se merece", dijo Huerta.