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Decisión de EEUU sobre ZTE incrementa tensiones con China

Por Xu Xingtang y Wang Naishui

NUEVA YORK, 17 abr (Xinhua) -- El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció el lunes una decisión que sacudió al mercado al negar los privilegios de exportación a ZTE, una destacada compañía china de telecomunicaciones, lo que incrementó las tensiones comerciales entre los dos países.

Este es el último y uno de los numerosos casos de compañías chinas sancionadas por Estados Unidos en los últimos años. La administración Trump ha acusado a China de su déficit comercial, la violación de propiedad intelectual y otros asuntos.

Huawei, el mayor fabricante de teléfonos inteligentes de China, todavía no puede entrar de forma significativa a Estados Unidos después de décadas de esfuerzos. La semana pasada, AT&T y Best Buy se rehusaron o dejaron de vender teléfonos de Huawei por la presión de la administración por motivos de "seguridad nacional".

La "seguridad nacional" se ha convertido en una herramienta mágica para que la mayor economía desarrollada de libre mercado del mundo restrinja los negocios de las compañías chinas.

Aunque ha pedido a China que abra más su sector financiero, lo que China ha hecho de forma gradual con base en la situación de su desarrollo económico nacional, incluyendo el reciente anuncio de medidas importantes, el gobierno chino bloqueó en enero la adquisición de MoneyGram por parte de Ant Financial de China por motivos de "seguridad nacional".

"Estamos decepcionados por la suspensión de esta convincente transacción que hubiera creado importante valor para nuestros accionistas", dijo Alex Holmes, director de MoneyGram, quien señaló que el entorno geopolítico ha cambiado de forma considerable desde hace un año.

Por la misma razón, China Zhongwang Holdings Limited, un fabricante de productos de aluminio que cotiza en Hong Kong, tampoco pudo fusionarse con la empresa estadounidense Aleris Corporation, aunque después el gobierno estadounidense anunció un arancel de 10 por ciento sobre las importaciones de aluminio, con el que afirmó que obligará a las compañías extranjeras a construir plantas en Estados Unidos y a regresar los empleos.

Incluso una compañía china de agricultura y ganadería tuvo que descartar sus planes de adquisición del proveedor estadounidense de cerdos de reproducción Waldo Farms, un acuerdo por 16,5 millones de dólares. También fue por motivos de "seguridad nacional".

En cambio, las compañías estadounidenses se han beneficiado en gran medida del mercado chino durante la apertura y reforma de China en las últimas cuatro décadas, gracias a un mejor entorno de negocios y a políticas fiscales preferenciales específicamente diseñadas para la inversión extranjera.

En el año fiscal 2017, Apple, el mayor fabricante de teléfonos celulares de Estados Unidos, vendió productos por 44.800 millones de dólares en China, su mayor mercado en el extranjero.

De acuerdo con el informe anual publicado en septiembre de 2017 por el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS), un panel de varias agencias que revisa las adquisiciones extranjeras de las compañías estadounidenses, China encabezó a los países representados en las revisiones del comité por cuarto año reportado consecutivo (2015-2015).

Dado el creciente número de transacciones que han sido revisadas por el comité y el entorno económico entre China y Estados Unidos en 2016 y 2017, no hay duda de que China seguirá encabezando la lista por sexto año consecutivo.

Sin embargo, el escrutinio tan opaco e injusto del CFIUS se ha convertido en un importante obstáculo para que las compañías chinas inviertan en Estados Unidos.

De acuerdo con un informe publicado la semana pasada por el Comité Nacional de Relaciones Estados Unidos-China y el Grupo Rodio, la inversión directa china en Estados Unidos disminuyó más de 35 por ciento en 2017 por las revisiones del CFIUS y la regulación de la inversión saliente de China.

El valor de las adquisiciones chinas en Estados Unidos recién anunciadas también se desplomó 90 por ciento en comparación con el año anterior y el efecto de tal disminución en la inversión se ha sentido a nivel local, según el informe.

Además, la administración Trump y los legisladores estadounidenses buscan reforzar la revisión de las inversiones chinas en Estados Unidos a través de una importante expansión del CFIUS.

Esto ocurre en un momento en el que Estados Unidos responsabiliza a China por su vasto déficit comercial y cierra la puerta a las inversiones chinas.

China afirma que el arduo trabajo del pueblo chino es parte del motivo del superávit comercial de China con Estados Unidos. Varios hechos como la globalización, la división mundial del trabajo y el estatus del dólar como moneda de reserva internacional también desempeñan un importante papel en el superávit.

Cuando aborda los asuntos comerciales, Estados Unidos raras veces menciona su superávit con China en el sector servicios y nunca menciona el control de las exportaciones de Estados Unidos a China.

Es injusto que por una parte, Estados Unidos restrinja la exportación de productos de alta tecnología a China y que, por el otro lado, tampoco desee que China los produzca por sí misma.

Analistas han dicho que las medidas punitivas tomadas por Estados Unidos contra China no tienen que ver con el comercio, sino con impedir el desarrollo de China.

China es un gran país en desarrollo, pero no es de extrañar que el país desee convertirse en uno desarrollado, dijo la semana pasada en un panel de discusión Joseph Stiglitz, economista estadounidense ganador del Premio Nobel.

En el mundo cada vez más globalizado, cualquier medida proteccionista puede convertirse en una espada de doble filo.

La más reciente decisión de Estados Unidos sobre ZTE puede afectar mucho a la compañía china, pero las primeras víctimas serán sus proveedores estadounidenses. El precio de las acciones de ACIA se desplomó 35,97 por ciento el lunes, las de Oclaro 15,18 por ciento y las de Lumentum 9,06 por ciento.