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Libros de segunda mano resurgen en línea

Actualizado a las 03/04/2018 - 15:31
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BEIJING, 3 abr (Xinhua) -- Wang Anna, una joven de 28 años que trabaja en Beijing, solía acumular libros usados en cada rincón de su habitación porque tenía llena la estantería, pero ahora tiene una manera de darles nuevo uso.

Wang abrió un puesto en línea en el sitio web de venta de libros de segunda mano kongfz.com hace cuatro años, y desde entonces ha vendido más de 100 ejemplares.

"Vender mis libros a otros lectores es más ecológico que tirarlos", razona. "Y el valor de los libros se puede maximizar si se pasan a más lectores".

El reciclaje de libros gana popularidad en China, donde florecen los sitios web y las aplicaciones móviles de libros usados.

Wang repara a veces, sin embargo, en que vender libros en kongfz.com es mucho trabajo, porque tiene que ingresar la información de las obras, esperar a que los compradores las soliciten y luego enviarlas.

Yushu, al que se puede acceder en 22bat.com y en la cuenta oficial de la compañía en Wechat, acaba con estos problemas.

El personal de Yushu brinda servicios presenciales y a demanda para recoger libros sin coste. Los libros se venden después con un descuento del 62 por ciento en línea y en librerías físicas, o pueden donarse o convertirse en otros productos.

El servicio de logística de Yushu trabaja con una de las principales plataformas de ventas minoristas de China, JD.com, lo que le permite abarcar 344 localidades de China, dijo a Xinhua el fundador de Yushu, Shang Xiaohui.

Shang comenzó el proyecto de reciclaje de libros como estudiante universitario en Shanghai en 2013 y fundó Yushu en junio de 2017. Hasta la fecha, la plataforma ha recogido casi seis millones de libros.

El empresario cree que la popularidad de Yushu se debe en parte a la mayor conciencia ambiental de los donantes y a que consideran que los libros pueden ayudar a las personas.

Un alumno de cuarto curso de la escuela primaria de Guangqi de Shanghai movilizó a más de 400 compañeros para donar 1.230 libros, y todavía siguen donando, elogia Shang.

"Publicar un libro de 250 páginas consume 7,5 kilos de agua, casi uno de madera y 125 gramos de carbón", señala Shang, que agrega que muchos donantes defienden la protección de los recursos naturales.

Los libros recabados se desinfectan y algunos se distribuyen entre más de 80 bibliotecas públicas de escuelas, comunidades y casas de asistencia social establecidas por Yushu.

El personal maneja con cuidado los volúmenes porque los libros pueden cambiar la vida de los niños, afirma Shang, que cita al respecto el caso de la escuela de Primaria de Sheji, en la pobre provincia de Guizhou, que necesitaba imperiosamente libros.

Una maestra voluntaria que llevaba dos años trabajando en la escuela le hizo saber que las librerías de las ciudades estaban demasiado lejos, y que los libros eran demasiado caros.

Así que poco después, el personal de Yushu donó 300 libros, y luego otros 600.

Los estudiantes se pusieron muy contentos y forraron los libros con periódicos para evitar rasgarlos.

"Yushu es increíble. Hace que los libros que no uso tengan más valor", dijo un donante de libros llamado Mimi en la cuenta oficial de Wechat de Yushu.

Los adultos chinos leyeron un promedio de 7,86 libros en 2016, según una encuesta anual sobre hábitos de lectura realizada por la Academia de Prensa y Publicaciones de China en abril de 2017.

La visión de Shang es que Yushu ayude a los chinos a leer un libro más al año y que dé a los niños de áreas pobres más acceso a buenos libros.

Shang anunció que Yushu planea fundar 1.000 bibliotecas públicas hasta finales de este año.  

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