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Costa Rica elige este domingo a su presidente número 44 de la historia

SAN JOSE, 1 abr (Xinhua)-- Unos 3,3 millones de costarricenses están habilitados para elegir desde las 6:00 hora local (12:00 GMT) a su número 44 presidente de la historia, que se definirá entre el conservador evangélico del Partido Restauración Nacional, Fabricio Alvarado, y el oficialista de Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado.

En total, 6.542 juntas receptoras de votos estarán abiertas por 12 horas de forma ininterrumpida, tiempo límite para que se decidan los comicios en esta segunda ronda, marcados por una incertidumbre diagnosticada en la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR) cuyo hallazgo fue de empate técnico.

Los pronósticos son cerrados también en materia de abstencionismo, tomando en cuenta que superó el 34 por ciento en la primera ronda, en la que participaron poco más de 2 millones de personas.

De ellas, apenas 940.000 eligieron a los dos candidatos que hoy siguen en la carrera, un número que de seguro crecerá para ambos aspirantes.

Para Costa Rica, estos comicios representan una decisión entre el conservadurismo representado por Fabricio Alvarado y el progresismo por Carlos Alvarado, en una campaña que ha estado marcada por una intensa polarización.

La importancia de esta división quedó marcada desde mediados de enero, días antes de la primera ronda de elecciones, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) llamó a Costa Rica a garantizar las identidades de género y el matrimonio entre personas del mismo sexo, discusión que catapultó a los candidatos por sus posiciones distintas.

Por un lado, Fabricio Alvarado tomó como su bandera "la defensa de la familia (tradicional) y la vida", mientras que Carlos Alvarado se perfiló como la opción para el sector progresista, defensor de las poblaciones diversas.

No obstante, son muchos los temas que separan a los candidatos, como sus posturas en temas ambientales, en los que Fabricio Alvarado se muestra más abierto a temas como la explotación minera, en contraposición con un oficialista Carlos Alvarado que habla de posturas como descarbonizar la economía.

También difieren en su experiencia política, campo en el que Fabricio Alvarado -ex periodista no titulado, predicador y cantante evangélico- apenas suma cuatro años como diputado en el Congreso, muy lejos de la trayectoria de su contrincante Carlos Alvarado, quien fue asesor legislativo de joven y ministro de Desarrollo Humano y Trabajo en la actual administración.

Sus campañas también representan ahora más que nunca posiciones separadas, siendo la más llamativa la del candidato evangélico, una propuesta evidentemente antisistema, con bases religiosas y que apela a las poblaciones más pobres.

Así se reflejó en la primera ronda, cuando el oficialista Carlos Alvarado ganó los centros de población con mejores índices de desarrollo humano y educativos, contrario al predicador Fabricio Alvarado, quien obtuvo la mayor parte de los votos en las costas y la zona norte, que sufren las mayores brechas registradas.

Este domingo quedará por verse de qué lado se inclinan los otros 2 millones de votantes que no se afiliaron con ninguno de los Alvarado en primera ronda, un misterio que queda por resolverse y será decisivo.

Para llamar la atención de esos votantes, ambos candidatos han buscado alianzas y han prometido realizar gobiernos de unidad con otras agrupaciones políticas; sin embargo, ninguna ha sido lo suficientemente fuerte para generar un impacto decisivo en la intención de voto.

La mayor alianza fue la pactada entre el oficialista Carlos Alvarado y el candidato del tradicional Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Rodolfo Piza, quien fue cuarto en las elecciones (con más de 320.000 votos).

Con Piza, una propuesta de centro-derecha, Carlos Alvarado aceptó conformar un gobierno de coalición en temas conjuntos, con especial énfasis en ámbitos económicos, como la atención del déficit fiscal que aqueja el país centroamericano.

No obstante, tanto el PUSC como el también tradicional Partido Liberación Nacional (PLN), tercero con más de 370.000 votos, han evitado manifestarse como instituciones en favor de uno o de otro candidato, dejando la decisión en el plano individual de sus seguidores, líderes y partidarios.

Por su parte, Antonio Álvarez, como candidato del PLN, se pronunció a favor del evangélico Fabricio Alvarado; sin embargo, lo hizo hace apenas un par de días, sin dar una adhesión directa a su campaña y bajo cuestionamientos internos en su partido, por sufrir su peor derrota electoral en la historia con su liderazgo.

Los partidos menores también han dividido sus adhesiones, algo que mantiene en una total incertidumbre los resultados electorales.

Quedará por comprobar también el efecto de las celebraciones católicas de Semana Santa en los comicios que tienen lugar en "Domingo de Resurrección", un día feriado, utilizado por muchos costarricenses para vacacionar lejos de sus lugares de votación.

También queda por analizarse el impacto religioso en la votación, tomando en cuenta la afiliación religiosa de Fabricio Alvarado, quien ha demostrado no tener mayores problemas para atraer al 22 por ciento de la población evangélica o pentecostal, pero que aún no termina de convencer al sector católico (52 por ciento).

Como de costumbre, se espera que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) brinde el primer corte de resultados desde las 20:00 hora local (04:00 GMT del lunes), momento desde el que seguirá dando avances hasta que la contienda quede resuelta.

El proceso electoral se abrió hasta esta mañana en Costa Rica; sin embargo, los primeros votos del proceso ocurrieron desde el sábado en Sydney, Australia, uno de los 52 consulados en los que participarán poco menos del 1 por ciento del padrón costarricense.