MEXICO, 30 mar (Xinhua) -- En México cada vez más jóvenes se suicidan y la solución a este problema no está únicamente en crear programas de prevención, sino en trabajar con los niños para evitar que al llegar a la adolescencia o a la edad adulta, presenten conductas suicidas, recomendó hoy Verónica Alcalá, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México, el 30 por ciento de las personas que se suicidan en el país tienen entre 15 y 29 años de edad.
"De ahí la necesidad de trabajar desde la infancia, para que los niños aprendan estrategias encaminadas a afrontar su realidad, sean capaces de crear ambientes más positivos y presenten conductas más optimistas y empáticas", afirmó Alcalá.
Asimismo, la psicóloga mexicana resaltó que la adolescencia no es la mejor etapa para tratar el suicidio, pues muchos jóvenes no están en disposición de aceptar lo que un adulto les diga.
"Están precisamente en el momento de criticar e ir en contra de una figura de autoridad; están construyendo su identidad con base a las relaciones con los demás", dijo.
En cambio, explicó la especialista, si se trabaja con los niños en la primaria es factible crear mentes más positivas y con mayores recursos sociales.
La psicóloga universitaria subrayó que el suicidio está asociado a muchas causas, entre ellas, la depresión, el consumo de drogas, padecimientos crónico-degenerativos o graves, como cáncer o sida, y con afecciones mentales como el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
"Es decir, el suicidio no es una enfermedad, es un signo de que algo no ha estado bien desde hace mucho tiempo", aclaró.
Esta conducta autodestructiva se presenta frecuentemente en los jóvenes porque están en una etapa de vulnerabilidad, en la que requieren de apoyo social, de la familia, de las instituciones educativas a las que asisten y de los amigos.
"Cuando caen en situaciones de riesgo es porque su red social está endeble: tienen pocos amigos, se aíslan, o tienen amistades que presentan comportamientos riesgosos y ellos tienden a imitarlos", comentó Alcalá.
Por lo anterior, agregó la académica de la UNAM, las estrategias de afrontamiento y conductas resilientes que se construyan desde la infancia, aunadas al buen ejemplo de padres y maestros, ayudarán a evitar este problema.