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Amenazas de aranceles de EEUU ponen en riesgo sistema comercial mundial

Actualizado a las 23/03/2018 - 09:14
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WASHINGTON, 22 mar (Xinhua) -- A pesar de las advertencias de grupos empresariales y expertos comerciales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó hoy un memorando presidencial que podría imponer aranceles a 60.000 millones de dólares en importaciones de China, una medida unilateral que amenaza el comercio mundial.

El memorando se produce luego de un plan de Trump para imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio y después de los aranceles impuestos en enero a las importaciones de paneles solares y lavadoras.

Estas medidas punitivas se basan en leyes comerciales anticuadas que Estados Unidos promulgó durante la Guerra Fría para proteger a las industrias nacionales, las cuales se han puesto en vigor en raras ocasiones desde el lanzamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1995.

Trump y su asesor comercial Robert Lighthizer, ex representante comercial adjunto de Estados Unidos durante la administración de Ronald Reagan, desean revivir las batallas comerciales contra Europa Occidental y Japón en las décadas de 1970 y 1980.

Sin embargo, las cadenas mundiales de suministro y comercio han cambiado tremendamente en las últimas tres décadas. Los productos de un país normalmente incorporan componentes de otro, dado que coordinar la producción a nivel internacional es más barato y eficiente.

Por consiguiente, elevar los aranceles contra los productos chinos es como utilizar herramientas del siglo XX, o incluso del XIX, para abordar problemas del siglo XXI, en la era de la globalización. Afectará la cadena de suministro interconectada de muchas industrias e incrementará los costos para los negocios y consumidores estadounidenses.

Tan sólo hay que pensar en los populares iPhone de Apple: combinan diseño estadounidense con hardware de proveedores internacionales y líneas de ensamblaje chinas. La producción mundial ha eliminado las fronteras nacionales.

Aunque cuentan como exportaciones de China a Estados Unidos, los iPhone son producidos por compañías multinacionales estadounidenses que operan en China.

Por tal razón, 45 asociaciones comerciales estadounidenses de los sectores minorista, tecnológico, agrícola y de productos de consumo exhortaron a la Casa Blanca a no seguir adelante con los aranceles contra las importaciones chinas.

"América primero" y el unilateralismo parecen ser el mantra de la política comercial de Trump. Por desgracia, con una mentalidad de suma cero, es difícil ver como podría negociar mejor Estados Unidos los acuerdos comerciales con los demás países.

Lo preocupante es que Estados Unidos, la mayor economía del mundo, actúe de forma unilateral en lugar de resolver las disputas comerciales a través de la OMC.

Si Estados Unidos empieza a ignorar las reglas de la OMC o a cumplir con sus obligaciones de forma selectiva, otros países seguirán el ejemplo, lo que pondrá en riesgo el sistema comercial mundial. El resultado sería una guerra comercial mundial. Como dijo la ex representante comercial de Estados Unidos, Carla Hills, "sin la OMC sería la ley de la selva".

En opinión de Trump, China se aprovecha del comercio con Estados Unidos, pero la verdad es que las relaciones comerciales bilaterales son recíprocas y se complementan mucho. El comercio y la inversión entre China y Estados Unidos apoyan unos 2,6 millones de empleos estadounidenses, según el Consejo de Negocios Estados Unidos-China.

La mejor forma de conseguir los buenos acuerdos que Trump busca es perseguir una política comercial más abierta con China. Ambos países deben trabajar juntos para abrir aún más sus respectivos mercados el uno al otro. Las guerras comerciales son para perdedores.

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