Por Victoria Arguello
BUENOS AIRES, 21 ene (Xinhua) -- Pese a la distancia geográfica y a las múltiples diferencias culturales, China y América Latina y el Caribe han logrado dar muestras en los últimos tres años de un avance concreto en sus relaciones.
Como evidencia de este acercamiento está un intercambio comercial que creció un 18,3 por ciento durante 2017, según datos oficiales, así como la posibilidad que ha tenido Latinoamérica de ampliar y optimizar su capacidad exportadora para dirigirla a China.
El politólogo argentino y director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC), Diego Mazzoccone, destacó distintas iniciativas que ha tenido Beijing con gobiernos de la región para mejorar sus exportaciones a través del perfeccionamiento de la infraestructura y aspectos logísticos.
"En América Latina hay muchos proyectos como distintos corredores bioceánicos y, por ejemplo, en Argentina con el Ferrocarril Belgrano Cargas", apuntó el politólogo en entrevista con Xinhua.
Agregó que "en el caso de concretarse estas obras, bajarían los costos de transporte y nuestros países serán más competitivos".
La II Reunión Ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que se desarrollará en Chile el próximo 22 de enero, será un ambiente propicio para abordar cómo ofrecer mayores ventajas competitivas a los productos latinoamericanos y el surgimiento de cadenas de valor regionales.
Si también se toma en cuenta el avance de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, considerada América Latina una "extensión natural" de este proyecto, no solamente el ámbito comercial se vería potenciado con la integración entre las dos regiones, sino también la transferencia de tecnología china e innovación.
"Si además de la inversión en logística hay un aumento de la presencia de China en otros sectores como el automotriz y el agroindustrial, coordinado con proveedores locales, también se podría estimular las cadenas de valor regionales", aseguró el director del CLEPEC.
Mazzoccone explicó que en los últimos años, China ha aprobado protocolos para el ingreso de productos latinoamericanos.
Si esto se combina con un crecimiento de la clase alta y la clase media en el país asiático, los niveles de consumo y la demanda de productos cada vez más diversificados, tienden a ser una constante en un mercado de aproximadamente 1.300 millones de personas.
"Cada vez más chinos viajan al exterior incorporando nuevos hábitos de consumo, lo que genera oportunidades para los productos alimenticios que provee nuestra región y para la promoción turística de América Latina", acotó Mazzoccone.
China sigue apoyándose de Latinoamérica y el Caribe como región productora de alimentos y proveedora de energía, mientras que los países de la CELAC tienen un mundo de oportunidades que aprovechar de China, país líder en tecnología e innovación, apuntó el experto.
Si se estimulan conjuntamente las inversiones en el desarrollo agrícola y el asunto energético, se puede lograr que los insumos que aporta la región no impliquen una economía meramente de extracción, sino diversificada, con valor agregado y con capacidad de ampliarse, explicó.
Todo ello encara un desafío importante y es la capacidad que deben tener ambas regiones de saber medir los tiempos para la toma de decisiones.
Diego Mazzoccone aseveró que en el caso de China, ésta tiene "un sistema política donde hay una planificación a mediano y largo plazo de las políticas del país", mientras que la CELAC está integrada por 30 países, "cada uno con sus diferencias y realidades locales".
Por ello, la planificación conjunta de las políticas debe adherirse a los ritmos de cada dinámica regional, para poder llevar a buen término el propósito chino-latinoamericano de estrechar aún más la cooperación y forjar un nuevo tipo de relacionamiento global, comentó el experto.