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China afronta un dilema con las guarderías en medio de la creciente demanda

Actualizado a las 17/01/2018 - 09:07
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BEIJING, 16 ene (Xinhua) -- Li Lin estaba ansiosa de registrar a su hija en una guardería pública nada más nacer, esperando que así, ella se podía asegurar una plaza a los tres años.

Li vive en el distrito de Chaoyang, en Beijing, y la guardería más cercana está muy demanda entre los padres.

"Las madres en el vecindario repiten que la competencia por una buena guardería no es menos intensa que por las universidades", apunta Li.

Además de la carencia crónica de guarderías, el reciente escándalo de abusos infantiles en guarderías privadas también ha incrementado la ansiedad de Li.

"Cómo encontrar una guardería sana y confiable para mi hija es una constante fijada en mi mente", confiesa Li.

Li es una de las típicas progenitoras chinas que valora la educación inicial de sus hijos y tienen altas expectativas sobre las guarderías. A pesar de ello, hay un hueco entre las expectativas de los padres y los servicios provistos.

Un informe del Centro de Política Educativa de la Universidad del Suroeste indica que, con la implementación de China de la política de dos hijos en 2016, la demanda de educación preescolar experimentará una súbita demanda desde 2019 y alcanzará su pico en 2021. El informe estima que hacen falta 11.000 guarderías y tres millones de profesores de este segmento para entonces.

Según el informe entregado en el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) celebrado en octubre, China experimentará un progreso estable a la hora de asegurar el acceso de la gente al cuidado de sus hijos.

China está adoptando medidas para afrontar la carencia mediante incentivos a las guarderías e incrementando el cupo de inscripción en medio de la creciente demanda para guarderías de calidad y una educación preescolar sana.

Beijing, que comenzó este año, ofrecerá 10.000 yuanes (cerca de 1.550 dólares) como subsidio para cada incremento de cupo de ingreso en las guarderías públicas, tanto públicas como privadas. También proporcionará 1.000 yuanes (cerca de 155 dólares) como subsidio financiero para cada niños en guarderías de primera clase y 700 yuanes para otras guarderías.

La Comisión de Educación de Beijing está impulsando la reconstrucción y ampliación de los jardines de infancia. Beijing también ha intensificado la supervisión sobre las guarderías. Hasta finales de 2017 se habían prohibido 893 guarderías sin licencia.

La provincia de Guangdong, en el sur del país, emitió una directriz sobre el incremento de las guarderías en diciembre de 2017. Guangdong está calculando la diferencia en el cupo de ingreso en las guarderías y la aceleración de la construcción de guarderías de manera acorde. También alienta a las fuerzas sociales como instituciones o empresas a establecer espacios para cuidar a pequeños.

La propuesta de presupuesto de Guangzhou en 2018, que se desveló la semana pasada, muestra que la ciudad ha destinado 890 millones de yuanes (138 millones de dólares) para la educación preescolar, un incremento de 470 millones de yuanes (73 millones de dólares), un aumento interanual de 112 por ciento respecto a 2017.

La falta de profesores de guardería también se ha convertido en una gran limitación para el desarrollo de la educación preescolar de China.

En una feria para contratar profesores celebrada en diciembre de 2017, un total de 58 guarderías del distrito de Jiading, en Shanghai, estaban planeando contratar 281 profesores, pero solo recibieron 70 solicitudes de profesores cualificados.

Li Yan, director del departamento de Educación Preescolar de la Universidad Pedagógica de Shanghai, apunta que Shanghai suma cerca de 3.000 puestos de trabajo para profesor de preescolar cada año, mientras que el número de graduados universitarios de preescolar en Shanghai está lejos de ser suficiente.

"Faltan graduados en educación preescolar y los estudiantes reciben ofertas antes de graduarse. Es común que 200 guarderías compitan por solo 100 graduados de educación preescolar", añade Li.

Zhang Wei, de 22 años, trabaja en una guardería privada en el distrito de Chaoyang, en Beijing. Ella tiene una agenda muy apretada cada día, que incluye impartir clases, organizar actividades en el exterior para cerca de 30 niños, acudir a reuniones y gestionar todas las peticiones de los padres.

Zhang tiene que mantener una vigilancia constante para supervisar la seguridad de los niños que son propensos a hacerse heridas en pequeños accidentes, lo que le añade presión psicológica.

"Algunas veces me despierto en medio de una pesadilla en la cual un niño se golpea su cabeza con el borde de una mesa y el director y los padres del niño me regañan", cuenta.

En China, el ingreso medio de un profesor de guardería es generalmente bajo. En algunas grandes ciudades como Beijing, los profesores de guardería perciben de 3.000 yuanes (460 dólares) a 5.000 yuanes (768 dólares) cada mes, incluso menos que los salarios de muchos trabajadores por horas y algunos canguros.

Los profesores de guardería en el sistema educativo público ganan menos que sus equivalentes de primaria. Ellos también tiene menos ventajas en la evaluación del título profesional, lo que está unido a la reputación, el sueldo y los beneficios sociales. Según el Ministerio de Educación, de los 2,5 millones de profesores de guardería y directores en 2016, un 73 por ciento no tenía ningún título profesional.

Yu Yongping, director de la Sociedad Nacional de China de Educación Preescolar, señala que el incremento de los fondos para las guarderías debería no solo enfocarse en los edificios y equipos, sino que también debería servir para proporcionar unos mejores salarios a los profesores de guardería y asegurar un número saludable de talentos para las guarderías.

"Los ingresos y el estatus de los profesores de guardería deberían incrementarse. Así se ayudaría a atraer y retener a los profesores cualificados", concluye Yu.

 

 

 

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