Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 7 ene (Xinhua) -- La falta de caña, como resultado del devastador paso del huracán Irma hace unas semanas, es el principal obstáculo que enfrenta hoy la campaña de producción de azúcar en Cuba, que por estos días entra en su fase culminante.
El meteoro, que a inicios de septiembre azotó a 12 de las 15 provincias cubanas, dejó severos daños en las plantaciones, con unas 338.000 hectáreas de caña de azúcar caídas y partidas, lo que significó perjuicios al 45 por ciento de los sembradíos, mientras otras 92.000 hectáreas quedaron inundadas.
Esa evidente falta de materia prima ha provocado que los directivos del estatal Grupo Azucarero AZCUBA pidan "que no se pierda ni un trozo de caña en los campos", donde se orientó hacer los cortes mecanizados por debajo del suelo.
"El objetivo es aprovechar al máximo la caña que hoy tenemos", dijo a la prensa local el director de Comunicación Institucional de AZCUBA, Liobel Pérez.
Explicó que se orientó cortar las cañas dos centímetros por debajo de la superficie con las modernas combinadas Case, las que asumen el 60 por ciento de los cortes en la isla con una elevada productividad.
A las combinadas KTP, responsables de cerca del 38 por ciento de los cortes, se les indicó cortar a ras del suelo, al igual que a los macheteros que de forma manual enfrentan el 2 por ciento restante del trabajo en las plantaciones, sobre todo en aquellas ubicadas en terrenos irregulares que dificultan el trabajo de las combinadas.
Pérez aclaró que las modernas cosechadoras Case son capaces de cortar la gramínea con muy alta eficiencia dos centímetros por debajo del suelo, calado que no perjudica la vida de la planta en los cañaverales si estos fueron sembrados de forma correcta.
"Se trabaja muy fuerte en la aplicación de esas medidas, y se vela e insiste en su cumplimiento con el propósito de que no se pierda el azúcar que se concentra sobre todo en el tronco de las cañas", apuntó el directivo.
En la actual campaña azucarera cubana, que se inició en noviembre, deben participar 53 refinerías del dulce, de las que casi 30 ya están en operaciones y el resto deben incorporarse en este mes de enero.
Las autoridades de AZCUBA no han dado a conocer las metas de producción de la actual cosecha, aunque semanas atrás el propio Perez admitió que "es muy obvio que no se logrará cumplir con los planes".
El sector azucarero, que fue por décadas la principal industria de la isla y batalla ahora contra una severa descapitalización, representa alrededor del 5 por ciento del ingreso de divisas de la nación caribeña.
La cosecha se mantuvo relativamente estable hasta la zafra 1993-1994, cuando se produjo un descenso en los índices de producción como consecuencia del llamado Período Especial, como se denomina en Cuba a la crisis generada por la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista.
Entre 2002 y 2003 se desplomó el índice de superficie cosechada, como reflejo del desmantelamiento de centrales y el desmontaje de la industria azucarera en abrupta ruptura "con una tradición de cuatro siglos, que había hecho de la producción azucarera la locomotora de la economía nacional".
En esos años se desmontaron muchas refinerías, que disminuyeron de 156 a 61, desaparecieron decenas de miles de puestos de trabajo y la superficie de cultivo se redujo de dos millones de hectáreas a unas 750.000.
Esos factores provocaron una drástica caída de la producción que hizo que en la zafra 2009-2010 la industria alcanzara su peor nivel en 105 años, con tan solo 1,1 millones de toneladas del dulce.
Sin embargo, desde 2010 las autoridades buscan la reanimación del sector, ante la evidencia de lo drástico de las medidas tomadas casi una década antes, y la valoración de las potencialidades económicas de los derivados de la caña.
El actual plan de reformas económicas en el país señala como objetivos prioritarios de esta industria el incremento sostenido de la producción de caña, el perfeccionamiento de la relación entre el central azucarero y los productores cañeros, y la diversificación.
AZCUBA espera revertir un largo declive en la producción local desde ocho millones de toneladas en 1990.
En la pasada campaña, Cuba produjo 1,8 millones de toneladas, unas 300.000 por debajo de lo planificado, de las cuales destinó entre 600.000 y 700.000 al consumo interno, además del acuerdo que tiene con China de enviarle unas 400.000 toneladas anuales.