LA HABANA, 15 sep (Xinhua) -- Recuperar las áreas agrícolas y pecuarias dañadas por el huracán Irma en gran parte del país es hoy tarea prioritaria de los cubanos, quienes dependen, en buena medida, de la producción alimentaria de sus campos.
Ello también es vital para disminuir los gastos por la compra de alimentos en el extranjero, y que rondan cada año los 2.000 millones de dólares, una inversión no siempre necesaria, ya que a decir de expertos gubernamentales, más de la mitad de esa suma podría ahorrarse si se incrementaran las producciones estatales y cooperativas en la isla.
Sobre la devastación causada por "Irma" en los campos de Cuba, el Ministerio de la Agricultura (Minag) dijo este viernes que fueron destruidas más de 50 mil hectáreas de cultivos varios, de ellas más de la mitad de plátano; unas 12 mil 500 de maíz y mil 900 de arroz, así como unas 300 mil de cañaverales.
En el inicio de la jornada por el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, el Minag llamó a trabajar para sobreponerse a los destrozos del mayor huracán jamás visto en la región Atlántico-Caribe, que entre los días 8 y 10 últimos golpeó fuertemente la infraestructura agropecuaria del país antillano.
Además de la destrucción en el sector habitacional, escolar, industrial y de las redes eléctricas, fue notable la devastación en los huertos de cultivos intensivos y fincas de agricultura urbana o suburbana, los cuales suministran la mayor parte de los vegetales frescos y hortalizas para la población.
"Irma" también dañó a unos 300 sistemas de riego, más de 250 mil metros cuadrados de techos en naves avícolas y porcinas, y causó afectaciones en numerosas instalaciones de ganado vacuno, centrales azucareros, molinos de arroz, casas de cultivo, almacenes de semillas y centros de acopio, según el reporte del Minag.
Para enfrentar la estela de destrucción de ese huracán -que recorrió gran parte de la costa norte de Cuba con máxima categoría en la escala de Saffir-Simpson- los agricultores estatales y cooperativistas de la ínsula están ocupados en recoger todo lo que pueda ser recuperable de los cultivos arrasados, así como en las siembras de la etapa invernal.
Los renglones agropecuarios más dañados del país caribeño fueron los campos de plátano y las producciones avícola y porcina, justamente tres de los más importantes de la canasta alimentaria de los cubanos, lo cual confirma la urgencia de recuperar este sector, así como la masa vacuna, que perdió por "Irma" centenares de animales, en su mayoría terneros.
Al respecto, el Minag llamó a fomentar la siembra de plátanos de los tipos vianda, fruta y el llamado burro, y a utilizar la humedad dejada por las lluvias del huracán para impulsar cultivos de resultados rápidos, como las hortalizas.
Además de recuperar lo dañado, el sector agropecuario de la mayor de las Antillas tiene ante sí el compromiso de cumplir, entre septiembre y febrero, un plan trazado de antemano de sembrar 18 mil 698 hectáreas de viandas, tubérculos, granos y hortalizas.
En esta etapa recuperativa, Cuba no está sola, ya que varios países han destinado ayuda solidaria de diversa índole que comenzará a llegar por estos días a la isla.
En igual sentido se pronunció la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuya Oficina en La Habana anunció este viernes que apoyará al país caribeño a restaurar su sector agrícola.
Con ese propósito, esa instancia internacional activó el Fondo Especial para Actividades de Emergencia y Rehabilitación-Capacidad de Respuesta a Insumos Agrícolas (SFERA-AIRC) que respaldará los esfuerzos de Cuba en la rehabilitación agrícola, ganadera y pesquera, gestión para la cual la FAO aspira a reunir siete millones de dólares.
La mencionada ayuda de ese organismo de la ONU incluye materiales y equipos para la agricultura, como partes y repuestos de sistemas de riego, motosierras y pertrechos para limpiar campos, así como fertilizantes, herbicidas, artes de pesca y piezas para reparar barcos pesqueros.
Pero el esfuerzo mayor de la recuperación depende, por supuesto, de los cubanos, quienes, desde el instante en que los vientos de Irma se alejaron, están inmersos en las tareas de reparación del sector inmobiliario, la electricidad y, sobre todo, en rescatar cada fruto arrancado por el potente huracán.