XINING, 8 sep (Xinhua) -- Songtsen Langbo, un miembro del grupo de patrulla de la Reserva Natural de Hol Xil, ubicada en la provincia noroccidental china de Qinghai, lo sabe todo sobre el implacable clima de la meseta, pero una reciente patrulla casi le costó la vida.
Del 25 de agosto al 4 de septiembre, se encontró atrapado, junto con cinco colegas, en el lodo y la nieve en la reserva, de 60.000 kilómetros cuadrados.
"Estábamos de vuelta de una patrulla de 25 días y nuestros todoterrenos se atascaron en el lodo", dijo Langbo.
Había encabezado el cuarto grupo de patrulla de la reserva natural desde mayo. Son los responsables de capturar a cazadores furtivos y mineros ilegales y deben completar su patrulla principal antes del invierno.
Dos grupos de rescatistas acudieron en su ayuda, pero sus vehículos también quedaron atrapados.
"Nos vimos obligados a abandonar nuestros vehículos y estábamos agotados totalmente. Tenía que esforzarme para respirar en cierto punto", relató Langbo.
"Nos quedamos sin combustible y alimentos, y nuestros teléfonos satélite no funcionaban. No teníamos más opción que caminar varias millas", recordó.
En total, seis vehículos sufrieron importantes daños y tres de ellos siguen atrapados en el lodo.
Ubicada a unos 4.500 metros sobre el nivel del mar, en la reserva natural viven numerosas especies protegidas, incluidos antílopes tibetanos, yaks salvajes y asnos salvajes. También cuenta con unos 7.000 lagos.
"No es raro que los grupos se queden atrapados uno o dos días, pero más que eso no solo es raro, sino bastante arriesgado", aseguró el jefe del comité de administración de la reserva, Buchung.
Durante los últimos cinco años, la reserva de Hol Xil ha registrado más de una docena de casos de grupos que se quedan atrapados, indicó.
"Muchos de nuestros patrulleros trabajan en condiciones extremadamente duras, que comprometen su salud. Además, hay amenazas violentas por parte de los cazadores furtivos", apuntó Buchung.
De acuerdo con él, el trabajo es peligroso y ha costado vidas, como la de Sonam Daje, un funcionario tibetano asesinado por furtivos hace unos 20 años.
Sin embargo, a pesar de esto, los patrulleros continúan disuadiendo a los cazadores furtivos y protegiendo las especies raras de la reserva, especialmente después de que el número de antílopes tibetanos locales se redujera a menos de 20.000 debido a una descontrolada caza furtiva desde los años 80.
Los intensos esfuerzos para luchar contra la caza furtiva han hecho que se incremente la población de antílopes tibetanos a 70.000. No se ha tenido conocimiento de nuevas muertes a manos de furtivos por más 10 años consecutivos.