El ex presidente salvadoreño Mauricio Funes se declaró hoy perseguido político por las autoridades judiciales de su país y en riesgo de muerte, tras recibir la protección del gobierno de Nicaragua que le otorgó asilo a él y a miembros de su familia.
Funes dijo a periodistas que tramitó su asilo ante el gobierno de Nicaragua "apenas unos días atrás" y que pidió la protección del Estado nicaragüense, "después de constatar la persecución política que se inicia en mi contra".
De acuerdo con un decreto presidencial publicado este martes en el "Diario Oficial La Gaceta", el asilo se le concedió al ex presidente salvadoreño y a su familia a partir del 1 de septiembre, aunque se encuentra en el país centroamericano desde junio, según el titular de la Fiscalía General de El Salvador, Douglas Meléndez.
Meléndez dijo a periodistas de su país que Funes gestionaba desde junio pasado su asilo en Nicaragua, mientras es investigado por delitos de peculado, malversación, enriquecimiento ilícito, negociaciones ilícitas y tráfico de influencias.
El gobierno de Nicaragua precisó en su resolución que Funes solicitó asilo político por considerar que su vida y estaba en peligro, al igual que integridad física de su familia "por luchar por la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos".
No obstante, la fiscalía salvadoreña señaló que investiga las relaciones de Funes con varias empresas, entre ellas, "Macafré", una compañía donde presuntamente se encontraron bienes del ex mandatario, que es investigado por malversación y enriquecimiento ilícito.
Según la fiscalía salvadoreña, Funes abandonó el país luego de que las autoridades comenzaran allanamientos en varias empresas donde se suponen existen bienes relacionados con manejos ilícitos del ex mandatario.
La presencia de Funes provocó reacciones encontradas en círculos políticos.
Algunos políticos reconocen el derecho de Nicaragua de conceder asilo, pero otros señalan que el país está en vía de convertirse en "refugio de corruptos".