Decenas de servidores públicos de la localidad de Mandera, en el norte de Kenia, han huido de la conflictiva región por la creciente inseguridad luego de la masacre de más de 60 personas en las últimas tres semanas.
Los líderes de Mandera dijeron hoy a los periodistas que más de 20 centros de salud han sido cerrados después de que el personal médico salió del país por miedo a los ataques y agregaron que pidieron al gobierno nacional que les ayude a retener a los servidores públicos que huyen de la zona.
"Mientras hablamos, más de 150 maestros ya han presentado sus peticiones al comisionado del servicio de maestros para pedir salir del país sin intención de regresar", dijo a los periodistas el gobernador de Mandera, Ali Roba, luego de realizar una reunión de seguridad.
El gobernador indicó que los recientes incidentes de inseguridad, incluyendo una emboscada de Al-Shabaab a un autobús que se dirigía a Nairobi, en la que muieron 28 pasajeros no musulmanes, y la masacre de 36 trabajadores de una cantera ocurrida esta semana, han afectado de manera negativa al distrito.
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