por Tian Dongdong
BEIJING, 16 abr (Xinhua) -- Preocuparse por la desaceleración económica de China no es más que una pérdida de tiempo, pues una ralentización no significa necesariamente ni que la economía no esté sana ni que se espere un aterrizaje duro.
Los datos oficiales muestran que la economía china creció un 7,4 por ciento en el primer trimestre en comparación con el mismo período del año pasado. Los pesimistas no tardaron en señalar que el ritmo fue inferior al 7,7 por ciento de los tres meses previos y hablaron de una perspectiva oscura para el futuro económico del país.
Pero sus comentarios son erróneos y no tienen fundamento. Para comenzar, la tasa excede la estimación del mercado del 7,3 por ciento y sigue entre los máximos resultados del mundo.
En realidad, la desaceleración es un resultado del ajuste voluntario que el gobierno chino ha estado impulsando para llevar a la economía hasta un modelo más sostenible.
Beijing está intentando canalizar el ímpetu para el crecimiento económico hacia el consumo doméstico, el rol del cual está aumentando. El total del consumo de los hogares representó el 64,9 por ciento del PIB en el primer trimestre.
Las cifras oficiales también muestran que en el período referido las industrias tradicionales tales como el acero y el cemento fueron superadas por industrias de alta tecnología, las cuales son más prósperas y ecológicas.
Mientras tanto, con el fomento de las actividades comerciales, el poder interno del crecimiento económico de China se ha recuperado gradualmente. El empleo está mejorando, y el comercio extranjero también ha aumentado de nuevo con la recuperación de las economías en Europa y Estados Unidos.
Es natural que una economía desacelere durante un período de ajuste estructural y de optimización. Vale la pena la desaceleración si el resultado es un crecimiento más equilibrado.
Tras más de tres décadas de rápido crecimiento económico, el gobierno y el pueblo de China han entendido que impulsar la crecimiento a toda costa no es nada bueno.
Lo que necesita China no es una expansión económica a un ritmo vertiginoso sino una que crezca de manera sostenible y saludable a una velocidad razonable y estable.