SANTIAGO, 21 mar (Xinhua) -- El presidente de la Asociación de Bancos e instituciones Financieras (ABIF), Jorge Awad, tomó distancia hoy de las críticas empresariales del país sobre el riesgo de una fuga de inversiones asociado a una reforma tributaria que impulsa el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
"No comparto para nada lo que dijo el presidente de la Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril, Hermann Von Mülenbrock), y todos tenemos derecho a discrepar", aclaró Awad.
Al cabo de una reunión que sostuvo con el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, Awad dijo que "si este país algo ha demostrado es la atracción por la inversión extranjera".
Añadió que "eso es un patrimonio de todos los chilenos, aquí no lo ha construido nadie en particular. La seriedad del chileno es lo que atrae la inversión extranjera. Yo me quedo absolutamente orgulloso de lo que ha hecho la minería, la construcción, la industria y la banca", expuso Awad.
Insistió en que "el más grande capital que tiene Chile es que los extranjeros quieren tener como socio a un chileno, no a un capital de un chileno".
El recién asumido gobierno de Bachelet enviará al Congreso en los primeros cien días de administración un proyecto de ley que propone un alza de los impuestos a las utilidades de las grandes empresas del 20 al 25 por ciento.
La iniciativa enfrenta el rechazo de parte del empresariado y la oposición de derecha, bajo el argumento que se propone en medio de un proceso de desaceleración económica.
Von Mühlenbrock alertó incluso que el proyecto del gobierno de Bachelet puede provocar "una fuga de inversionistas".
Según Von Mühlenbrock, "ya Chile tiene costos de energía altos, es decir, tenemos impuestos altos, e indudablemente los proyectos van a tener una rentabilidad menor, y si el inversionista lo compara con otro país, va a invertir donde la rentabilidad sea mayor".
La propuesta tributaria de Bachelet se explica por la necesidad de instrumentar una reforma educativa estructural que implica un fortalecimiento de la educación pública, en un intento por recoger las demandas del movimiento estudiantil que se inició en 2011.
El objetivo básico de la reforma es lograr cada año unos 8.200 millones de dólares más para dedicarlos a la reforma educativa y a otros programas sociales, para dar respuesta a las exigencias de los estudiantes y sus familias.
El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, insistió en que el proyecto del gobierno "será totalmente debatido", y enfatizó que ya recibió "un respaldo ciudadano enorme".
A su juicio, "la reforma tributaria es absolutamente sustantiva para darle sustentabilidad financiera y estabilidad a los compromisos del programa de gobierno de la presidenta Bachelet, y vamos a llevarla adelante en un diálogo abierto".
Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han mostrado su acuerdo con la reforma tributaria y sus fundamentos, poniendo acento en la baja carga impositiva a las grandes empresas en Chile y la necesidad de mejorar la distribución del ingreso.
La discusión coincidió esta semana con la divulgación de un informe que ubicó a Chile como el país con la peor distribución del ingreso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).