Los europeos viajan con la misma moneda por buena parte del continente, pero la elevada factura que pagan por utilizar su móvil les recuerda que la Unión Europea está lejos de ser un mercado único. La vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Agenda Digital, Neelie Kroes, se ha propuesto erradicar esta práctica a partir del año próximo, con una prohibición rotunda de cobrar por recibir llamadas en el extranjero ya en julio de 2014 y un plan gradual para evitar las tarifas extra cuando el usuario llama o se conecta a Internet desde otro país de la UE. Ese sobrecoste, conocido como roaming, debería desaparecer en 2016, según la propuesta que presentará este jueves Kroes.
El fin de ese peaje constituye la medida más contundente —y la única con fecha concreta— de un amplio proyecto que pretende crear un mercado único de telecomunicaciones en la UE.
Uno de los elementos más controvertidos de la regulación es la llamada propuesta para la neutralidad de la red. Bruselas asegura que muchos operadores (especialmente en algunos países, como Portugal) bloquean sistemáticamente el acceso, o ralentizan la velocidad de navegación, al utilizar aplicaciones como Whatsapp o Skype, que restan ingresos a su negocio. El 21% de las conexiones de fijo y el 36% de las de móvil sufren este problema, según los expertos del departamento de Kroes. La Comisión quiere prohibirlo, aunque seguirá permitiendo a las compañías cobrar más por servicios adicionales (vídeo a la carta, alta resolución...).