NACIONES UNIDAS, 2 abr (Xinhua) -- El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, pidió hoy que más países se sumen al Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) a fin de facilitar su entrada en vigor.
Ban hizo el exhorto en una declaración para conmemorar el primer aniversario de la adopción del tratado, el cual "por vez primera establece un conjunto de estándares mundiales para la transferencia de armas y esfuerzos para impedir su desvío".
El TCA fue adoptado a través de votación en la Asamblea General la ONU de 193 miembros el 2 de abril de 2013. La República Popular Democrática de Corea, Irán y Siria votaron en contra del esquema, mientras que Cuba, la India, Rusia y China figuraron entre los Estados que se abstuvieron. China insistió en que el tratado debería alcanzarse a través del consenso y ser aceptado por todas las partes.
El TCA, que entrará en vigor una vez que reciba 50 ratificaciones, regula todas las armas convencionales dentro de las categorías de tanques de combate, vehículos de combate blindados, sistemas de artillería de alto calibre, aviones de combate, helicópteros de ataque, buques bélicos, misiles y lanza misiles y armas ligeras y pequeñas.
En la declaración de hoy, el jefe de la ONU, como depositario del TCA, dijo sentirse alentado por que 118 Estados han suscrito el tratado, y externó su beneplácito por "el depósito que hicieron hoy 18 Estados miembros de los instrumentos de ratificación, lo que eleva el número de ratificaciones depositadas a 31".
Al destacar que "esto generará un mayor impulso hacia las 50 ratificaciones necesarias para que el tratado entre en vigor", Ban llamó a "todos los Estados que aún no lo han hecho a que lo firmen y/o ratifiquen sin demora".
"Cuando conmemoramos el hito de hoy, el secretario general está profundamente preocupado de que civiles continúen siendo asesinados o mutilados en ataques dirigidos o indiscriminados con armas que deberían no haber llegado a manos de sus perpetradores", añade la declaración.
Ban también apeló a los Estados, la sociedad civil y las organizaciones regionales e internacionales a que continúen trabajando juntas a fin de asegurar que en el futuro el tratado pueda cumplir su papel pleno en ayudar a reducir el sufrimiento humano innecesario y construir un mundo más seguro para todos.