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Michelle Obama visita la reserva de osos panda en Chengdu

El oso panda Bao Bao se divierte en su hábitat en Washington. [Foto/agencias]

En el último día de su gira de siete días por China, la primera dama de EE.UU, Michelle Obama, sus hijas y su madre, quedaron boquiabiertas durante su visita a la Base de Investigación y Cría de Pandas Gigantes de Chengdu este miércoles.

Michelle Obama y sus hijas, Malia y Sasha y la madre de Michelle, Marian Robinson, hicieron una parada de más de una hora en la base de la provincia de Sichuan. Vestían ropa informal de color oscuro en un día húmedo pero fresco.

Durante su visita a la base, situada en los suburbios del norte de Chengdu, quedaron impresionadas cuando vieron a un grupo de pandas comiendo brotes de bambú.

Obama y sus hijas estuvieron en silencio mientras observaban a los cachorros, y más tarde el jefe de la base, Zhang Zhihe, se unió a ellas para hablarles de los hábitos de los pandas.

Robinson, que se puso guantes de plástico, agarró una rama larga de bambú con un trozo de manzana en la punta para alimentar a los pandas. La primera dama observaba a su madre atentamente.

"La base es una visita obligada para los visitantes extranjeros", dijo James Ayala, un investigador norteamericano sobre el comportamiento animal que ha trabajado en la base desde hace casi dos años.

En diciembre pasado, un nuevo panda del Zoológico Nacional del Smithsoniano se convirtió en el primer cachorro de panda en ser bendecido por Obama y su homóloga china Peng Liyuan. Se llama Bao Bao.

"Las relaciones entre China y EEUU necesitan de la influencia suave de las primeras damas para contrarrestar los impactos negativos (en ocasiones oficiales) y lograr el equilibrio", dijo Yuan.

Obama voló a Washington el miércoles por la tarde. Dijo que Chengdu era una "ciudad hermosa" y afirmó que no le importaría vivir en China.

Los dignatarios disfrutan de la diplomacia de los pandas

Fundada en 1987 con seis pandas enfermos y hambrientos rescatados de la naturaleza, la base es ahora el hogar de 128 ejemplares. También es un punto de visita obligada de muchos dignatarios extranjeros.

"En los últimos diez años, 17 dignatarios extranjeros y sus esposas han visitado nuestra base", dijo Pu Anming, jefe de la oficina general.

En 2006, Robert Zoellick, entonces subsecretario de Estado de EE.UU asignado para gestionar las relaciones de EEUU con China, abrazó a un bebé panda, Jing Jing, un cachorro de seis meses.

Un mes después, John Prescott visitó la base, el por aquel entonces vice primer ministro británico. Prescott preguntó en broma si era él o Jing Jing quien necesitaba protección, ya que el pequeño panda no dejaba de morderle la pierna mientras jugaba.

"Cuando abrazaba e Jing Jing, el cachorro se cubrió los ojos con una mano. Prescott le levantó la mano y Jing Jing se la mordió suavemente a modo de juego, lo que le hizo reir. Finalmente Jing Jing levantó la cabeza y le lamió la mejilla al político británico, dijo el base jefe Zhang Zhihe.

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