TOKIO, 6 mar (Xinhua) -- Japón está considerando su estrategia en materia de venta de armas como parte de la nueva política defensiva del primer ministro Shinzo Abe, mientras que funcionarios del gobierno ratificaron hoy que las exportaciones a los países involucrados en conflictos seguirán prohibidas.
Las fuentes sugirieron que las nuevas directrices verán un cambio semántico alejado del término "armas" en favor del concepto de "equipo defensivo", pero aún éste no será exportado en caso de que pudiera socavar la paz y seguridad globales.
Las nuevas directrices podrían tener la aprobación del Gabinete en estos días, y fuentes cercanas al tema dijeron que el cambio de los "tres principios" japoneses de 1967, el embargo a las exportaciones de armas ese año, está destinado a clarificar la postura actual sobre el tema y evitar los malos entendidos.
Sin embargo, el anuncio coincide cuando más del 66 por ciento de la población japonesa se mantiene firmemente opuesta a las exportaciones de armas japonesa de cualquier tipo, aunque las nuevas directrices parecen sostener que las armas no serán exportadas a países en conflicto, conforme resoluciones de Naciones Unidas.
Abe ha sostenido antes que los principios de apuntalar la paz global serán adheridos a la Carta de Naciones Unidas, pero la estrategia de seguridad nacional japonesa dada a conocer en diciembre, con un presupuesto de 230.000 millones de dólares para el fortalecimiento de las fuerzas japonesas los próximos cinco años, han concitado críticas de numerosos grupos dentro y fuera del país.
New Komeito, socio minoritario del gobernante Partido Liberal Democrático, ha planteado dudas sobre el efecto de cualquier revisión a la prohibición de exportación de armas en la política pacifista autoimpuesta y confirma sospechas de que Abe está alentando al país a un nuevo nacionalismo.
La prohibición de armas, originalmente impuesta en 1976, fue fortalecida en los años que siguieron en línea con la Constitución pacifista del país, aunque se hicieron algunas excepciones en armas relacionadas con tecnologías que se exportaban a Estados Unidos en 1983 y proyectos conjuntos sobre dispositivos anti-misiles también vinculados a la cooperación con Estados Unidos.
Pero las acciones de Abe para relajar la prohibición de armas, aunque semánticamente diseñadas para esquivar las restricciones constitucionales, han propiciado la ira de algunos políticos y ciudadanos japoneses, así como de países vecinos que se manifiestan a favor de la postura pacifista japonesa de muchos años y han avivado preocupaciones y debates sobre el tema a escala nacional, internacional y política.
En el centro del debate está el Artículo 9 de la Constitución japonesa, que prohíbe el uso de la fuerza como medio para solventar disputas internacionales, pero también impide a Japón el mantenimiento de un ejército, marina o fuerza aérea.
Pero Abe ha prometido que Japón mantendrá su postura pacifista y dijo que el ministro de comercio examinará y emitirá una norma en cada caso de exportación sobre una base particular, antes que abiertamente vender productos relacionados con armas en un mercado global.
Además, el gobierno ha dicho antes que las exportaciones de armas serán estrictamente limitadas a los aliados estratégicos japoneses, como Estados Unidos, y que las relaciones sobre exportaciones de armas tendrán como base la premisa fundamental de que japón, como país pacifista, evitará conflictos internacionales.
Pero el líder del partido New Komeito, Natsuo Yamaguchi, junto con otros partidos de la oposición y ciudadanos comunes, mantiene un rechazo a algunas de las acciones más reciente del gobierno de Abe.
Estas acciones de Abe han sido descritas por analistas de seguridad como un enfoque japonés para privilegiar un mayor músculo en su estrategia de defensa, en momentos cuando se llama a una mayor diplomacia a favor de un mejoramiento de la paz y la seguridad, especialmente con base en la actual situación geopolítica en la región Asia-Pacífico.