BEIJING, 26 dic (Xinhua) -- La visita del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, al santuario Yasukuni fue ampliamente condenada por países y personas de todo el mundo.
Expertos y el público en general señalaron que la peligrosa acción de Abe amenaza la paz y la estabilidad de la región, y ha sido rechazada ampliamente por los chinos y otros pueblos amantes de la paz.
Yang Bojiang, investigador del Instituto de Estudios de Japón de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que la visita de Abe puso en evidencia sus valores y concepción distorsionados de la historia.
Esta es la primera visita al santuario Yasukuni que realiza un primer ministro japonés en funciones desde la visita de Junichiro Koizumi el 15 de agosto de 2006. El notorio santuario Yasukuni honra a los muertos de guerra de Japón, incluyendo a 14 criminales de guerra de Clase A de la Segunda Guerra Mundial (IIGM).
"Los políticos derechistas japoneses, representados por Abe, desafían la moral y los límites de los valores de la humanidad", dijo Yang.
Abe mencionó que su visita es para rendir tributo a quienes sacrificaron sus vidas por Japón. Sin embargo, la verdad es que muchos de quienes "sacrificaron sus vidas por Japón" fueron iniciadores de la devastadora IIGM y provocaron tragedias a decenas de millones de víctimas de guerra.
Wang Shaopu, director del Centro de Estudios de Japón de la Universidad Jiaotong de Shanghai, comentó que la visita de Abe al santuario Yasukuni ha lastimado los sentimientos del pueblo chino, del pueblo de la República de Corea y de todos los demás pueblos de los países que sufrieron la sangrienta invasión de Japón durante la IIGM.
"Abe también lastimó los sentimientos de la población de Estados Unidos y de otros países aliados en la IIGM. Es una acción que desafía el sistema mundial de posguerra y los veredictos del Juicio de Crímenes de Guerra de Tokio", añadió Wang.
El juicio de Tokio condenó a muerte a siete notables criminales de guerra, entre ellos Toujou Hideki y Toihara Kenji, quienes son honrados en el santuario Yasukuni.