TOKIO, 17 dic (Xinhua) -- El gabinete japonés aprobó hoy martes un paquete de políticas de defensa para expandir su fuerza militar, en medio de las crecientes preocupaciones regionales por su política derechista y el aumento del nacionalismo.
El paquete de defensa incluye la estrategia de seguridad nacional, las directrices del programa de defensa y un plan de acumulación de defensa de cinco años que establece un presupuesto militar para el periodo entre 2014 y 2019 de 24,7 billones de yenes (240.000 millones de dólares), que supone un aumento del 5 por ciento con respecto al plan quinquenal que terminará en marzo de 2014.
En el documento de la estrategia de seguridad nacional, el Gobierno nipón declara que Japón buscará un papel de seguridad más "proactivo" para las Fuerzas de Autodefensa en el extranjero, y establecerá nuevas directrices sobre las exportaciones de armas, que representan un importante cambio en comparación con la política restrictiva anterior del país.
La estrategia también hace hincapié en una fuerte alianza de seguridad entre Japón y Estados Unidos como un contrapeso para las amenazas de seguridad contra Tokio.
Las directrices del programa de defensa de diez años y el plan de acumulación de defensa de cinco años, junto con la estrategia general de seguridad nacional, forman parte de la iniciativa más amplia planteada por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, para elevar el perfil de defensa del país.
Desde que Abe asumiera el cargo, su Gobierno ha adoptado un enfoque irresponsable hacia la historia japonesa de guerra negándose a pedir disculpas a sus vecinos asiáticos e intentando revisar la constitución pacifista del país.
Las visitas realizadas por políticos japoneses al santuario Yasukuni, donde son venerados 14 criminales de guerra de clase A de la Segunda Guerra Mundial, han enfurecido a los vecinos de Japón, incluyendo China y Corea del Sur.
En septiembre de 2012, Japón modificó de manera unilateral el status quo en el Mar Oriental de China al anunciar la compra de las islas Diaoyu de China, lo cual ha conducido a unas crecientes tensiones regionales y ha despertado una vez más las preocupaciones por el pasado militarista de Japón.