Sri Lanka deploró hoy la decapitación en Arabia Saudita de una sirvienta acusada de matar a un bebé que estaba a su cuidado.
La sirvienta ceilandesa, Rizana Nafeek, fue ejecutada luego de que se le halló culpable de la muerte de un bebé de cuatro meses de edad que estaba bajo su cuidado en 2005.
Nafeek se retractó de una confesión que dijo fue hecha bajo presión y luego indicó que el bebé murió en un accidente de ahogamiento cuando bebía de una botella.
El gobierno de Sri Lanka preparó una apelación contra la sentencia de muerte con la ayuda de la Organización Asiática de Derechos Humanos con sede en Hong Kong, pero el Tribunal Superior de Arabia Saudita ratificó la sentencia.
El Ministerio del Interior saudita señaló hoy que Nafeek fue ejecutada por matar al niño luego de que los padres de la víctima rechazaron la petición de clemencia.
El Parlamento ceilandés lamentó esta noche la ejecución y el gobierno la deploró.
El Ministerio de Asuntos Exteriores señaló en un comunicado que el presidente Mahinda Rajapaksa y el gobierno de Sri Lanka deploran la ejecución de Rizana Nafeek a pesar de todos los esfuerzos al más alto nivel y de las protestas de la gente en el país y a nivel internacional por la sentencia de muerte contra la joven mujer.
El presidente Rajapaksa hizo un exhorto personal en dos ocasiones inmediatamente después de la confirmación de la sentencia y hace unos días para suspender la ejecución y otorgar el perdón a Nafeek.
La organización Human Rights Watch indicó hoy que el Ministerio del Interior de Arabia Saudita, bajo el mando del príncipe Mohammed bin Nayef bin Abdul Aziz dio instrucciones para la ejecución de Rizana Nafeek.