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Reino Unido llora la muerte de la enfermera víctima de una broma telefónica |
Una bandera de Inglaterra junto a una cruz en una maceta del Hospital King Edward VII en el centro de Londres el sábado, un día después de que hallaran muerta a la enfermera Jacintha Saldanha, víctima de una broma telefónica. [Foto/agencias]
Fuente:Agencias
<b>Londres, 11/12/2012(El Pueblo en Línea)-</b>El Reino Unido amaneció impactado y triste por la muerte de Jacintha Saldanha, la enfermera del hospital King Edward VII que atendía a Catalina de Cambridge por molestias propias del embarazo y que fue objeto de una broma pesada por parte de dos locutores de la cadena de radio australiana 2Day FM. Estos se hicieron pasar por la reina Isabel y el príncipe Carlos para que Jacintha les revelase el parte médico de la duquesa de Cambridge.
La enfermera, de origen indio y madre de dos hijos, se suicidó presuntamente, según la prensa británica, al no haber soportado la presión por las burlas recibidas como consecuencia de la broma.
Sin embargo, esa presión se volvió ayer contra los artífices del engaño, los locutores Mel Greig y Michael Christian. La emisora se enorgullecía en un primer momento de lo que consideraba la mayor travesura de la historia, y su página web daba tratamiento casi de héroes a Greig y Christian. Sin embargo, ayer retiró sus cuentas de Twitter y anunció que ambos estaban destrozados por la muerte de Jacintha «y a tratamiento psicológico». Ambos han sido despedidos de sus puestos en la radio.
En la casa familiar de Bristol, al suroeste de Inglaterra, familiares y amigos se reunieron para consolar al esposo de Saldanha, Benedicto Barboza, y su hijo e hija, de 14 y 16 años respectivamente.
Según los vecinos, la familia llegó procedente de la India hace más de una década.
En un mensaje publicado en su página de Facebook, Barboza escribió: "estoy destrozado por la pérdida de mi querida esposa Jacintha en circunstancias trágicas. Será enterrada en Shirva, India."
Mary Atwell, una vecina de 56 años, dijo: "era una persona encantadora, siempre hablaba a todo el mundo. Se le veía muy dedicada a su trabajo".
Lo cierto es que las redes sociales eran un hervidero de ira contra los dos periodistas, considerados culpables del suicidio, un argumento que los responsables de la emisora trataron de atajar con la idea de que no habían hecho «nada ilegal». En parte, seguramente porque la cadena se ha quedado sin sus principales anunciantes, indignados por las consecuencias trágicas de la broma.
La ira generalizada parece contenida solo por el hecho de que la policía no haya esclarecido aún la causa de la muerte. El hospital anunció que había enviado una carta a la radio australiana en la que califica como «absolutamente lamentable» la decisión de haber grabado y difundido la farsa telefónica.