RIO DE JANEIRO, 31 mar (Xinhua) -- El impacto económico en Brasil por la celebración del Mundial de fútbol del 12 de junio al 13 de junio de 2014, será "poco duradero", afirmó hoy la agencia de calificación de riesgo Moody's.
La agencia calificadora alertó además sobre las consecuencias para la imagen de Brasil que puedan causar las protestas, o la falta de infraestructuras.
Moody's se refirió así al efecto que supondrá la disputa del mayor torneo futbolístico del mundo en la economía brasileña en el informe "2014 FIFA Copa del Mundo Brasil: Un gol rápido para el sector de las bebidas, viajes, construcción y servicios de transmisión".
La agencia destaca que pese a que el Mundial tendrá efectos negativos sobre la mayoría de sectores de la economía, existen otros sectores como el turístico o el de la restauración que se verán beneficiados.
"Algunos esperan que ser sede del Mundial ayudará a Brasil a salir de la desaceleración económica en que se encuentra, pero el estímulo económico asociado a los juegos es pequeño en comparación con la economía del país de 2,2 billones de dólares", señaló la economista de Moody's, Bárbara Mattos.
Según el informe, el evento de 32 días generará aumentos de corta duración en las ventas, a lo cual se debe sumar la interrupción asociada al tráfico, las aglomeraciones de personas y los días perdidos de trabajo que generan efectos negativos sobre los negocios.
Moody's afirmó que aunque las grandes obras realizadas en las 12 ciudades sede para el Mundial son buenas para la economía local, apenas suponen 0,7 por ciento del total de inversiones previstas en Brasil de 2010 a 2014.
Todos ellos "están incorporados en los programas de las infraestructuras de esos estados y municipios permanecen dentro de los presupuestos y no deben afectar su calidad de crédito a largo plazo", según el estudio.
Sobre el impacto negativo que pueden suponer las protestas o falta de estructura, Moody's dijo que "aunque el Mundial ofrece un potencial beneficio para su reputación, la imagen de Brasil puede quedar marcada por la vuelta de las protestas sociales vistas en junio pasado, durante la Copa Confederaciones.