El comandante guerrillero Pablo Catatumbo llegó la tarde del sábado a La Habana para reforzar al equipo de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) que sostienen conversaciones de paz con el gobierno colombiano. Catatumbo, quien comanda el Bloque Occidental de las FARC-EP y es miembro del Secretariado de esa organización insurgente, viajó acompañado de Victoria Sandino, Freddy González y Lucas Carvajal, entre otros, confirmó hoy el portal de internet del equipo negociador de la guerrilla.
El traslado de esos comisionados en un avión con los distintivos de la Cruz Roja Internacional se garantizó gracias a operativos previos de desmilitarización convenidos por las partes en conflicto, los cuales se efectuaron sin contratiempos, informó en un comunicado la delegación de paz de las FARC-EP.
Con su llegada a Cuba, Catatumbo se suma al equipo que encabeza el comandante Iván Márquez, integrado entre otros por Andrés París, Ricardo Téllez, Jesús Santrich y Simón Trinidad. El Bloque Occidental es el más numeroso, el segundo más fuerte y uno de los de mayor protagonismo armado, de acuerdo con analistas, por lo que la presencia de Catatumbo en La Habana es interpretada como una muestra de cohesión de la organización guerrillera y de su interés por impulsar los diálogos.
Las conversaciones de paz que se desarrollan en la isla desde el 19 de noviembre último, serán retomadas en la segunda quincena de abril, luego de un período de trabajo por separado que se inició el 21 de marzo último para analizar los subtemas que restan en el debate sobre desarrollo agrario integral.
El tema de la tierra, considerado medular por las partes, es el primer punto de la agenda de diálogos acordada en agosto pasado para poner fin al conflicto social y armado que vive Colombia desde hace más de medio siglo, y garantizar el logro de una paz estable y duradera en esa nación suramericana.
El diálogo se desarrolla bajo el principio de que "nada está acordado hasta que todo esté acordado" y deberá llevar a consensos sobre participación política y los derechos de las víctimas, entre otros asuntos que incluyen los mecanismos para la implementación, verificación y refrendación de lo pactado.
Esas negociaciones tienen a Cuba y Noruega como garantes, el acompañamiento de Venezuela y Chile, y cuentan con un amplio respaldo internacional.