Los trabajos de construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte, ubicada en la Amazonía brasileña y que debe ser la tercera mayor represa del mundo, fueron paralizados hoy debido a la ocupación que realizaron más de un centenar de manifestantes, informaron fuentes oficiales.
Entre ellos había indios y simpatizantes que reclaman que la constructora cumpla con su compromiso de compensar a los campesinos e indígenas por el impacto de las obras.
Según explicó la ONG Xingú, unas 150 personas, entre ellos indios de las etnias Juruna, Xypaia, Kuruaia y Canela ocuparon las obras de construcción de Belo Monte a primera hora de este jueves.
Por su parte, el consorcio Norte Energía, responsable de la construcción, contabilizó a aproximadamente 60 activistas.
Tras la ocupación, Norte Energía retiró de las instalaciones a los 4.500 trabajadores por motivos de seguridad, como ya hizo en otras veces en que las obras fueron interrumpidas por los manifestantes.
La Fuerza Nacional de Seguridad envió un grupo de policías al lugar para mediar con los activistas, algunos de los cuales fueron forzados a salir del recinto, según denunció la ONG.
Los indígenas reclaman compensaciones por parte de la empresa constructora debido a que ha empeorado la calidad del agua del río, lo que pone en peligro su subsistencia, y piden que Norte Energía lleve líneas eléctricas a sus viviendas y títulos de propiedad de sus tierras, según destaca su pliego petitorio.
La central hidroeléctrica de Belo Monte será la tercera mayor del mundo, con una potencia máxima de 11.233 megavatios.
La presa, ubicada en la Amazonía brasileña, en el municipio de Altamira (estado de Pará, en el norte del país), y al paso del río Xingú, inundará 516 kilómetros cuadrados de selva amazónica --según datos oficiales-- y desplazará de sus hogares a unos 50.000 campesinos, indicaron activistas.