Dos comunidades forestales de la comarca indígena Emberá Wounaan, localizada en la provincia panameña de Darién (este), fronteriza con Colombia, recibirán el primer certificado que otorga el Consejo Mundial de Bosques en este país en cuanto al manejo sostenible por hectáreas.
El oficial forestal en Panamá del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), Carlos Espinosa, dijo a Xinhua que el certificado se otorgó por los planes de manejo que ejecutan las comunidades de Río Tupiza y de Marragantí.
Espinosa señaló que el certificado será presentado y entregado formalmente el lunes, durante la Primera Rueda de Negocios Forestales en la Ciudad del Saber, un complejo empresarial ubicado en la ribera este del Canal de Panamá, cerca de la salida al Pacífico.
A la Primera Rueda de Negocios Forestales de Panamá asistirán por primera vez productores forestales que realizan un manejo sostenible con compradores de nivel internacional, con el objetivo de intercambiar información y hacer negocios.
El representante del WWF resaltó la importancia de esta certificación, al señalar que Panamá no tiene hectáreas certificadas de bosques en las estadísticas del Consejo Mundial de Bosques, sino sólo plantaciones.
"No hemos tenido (en Panamá) ni una hectárea de bosque manejada sosteniblemente, que haya sido reconocida por un ente independiente", indicó.
Espinosa explicó que en los últimos cuatro años se han estado preparando a las comunidades de Río Tupiza y de Marragantí, las cuales fueron auditadas durante 2012 por representantes del Consejo Mundial de Bosques.
La obtención del certificado es una contribución importante a las estrategias de conservación de los recursos forestales de Panamá, destacó el oficial forestal del WWF.
El mayor reto para la comarca será ahora mantener el certificado, ya que sus operaciones están sujetas a auditorías independientes, a través de las cuales se observará cada año si cumple con los principios y estándares del buen manejo reconocidos a nivel mundial.
Espinosa agregó que en los últimos años se ha registrado una caída en el mercado de la madera, debido a la crisis financiera global, no obstante aclaró que el segmento que mueve productos manejados bajo certificación se mantuvo.
"Eso es importante porque le asegura a las comunidades buenos ingresos a futuro", precisó el oficial forestal al reconocer el potencial de exportación de este tipo de productos a mercados como el de Estados Unidos o Europa, incluso para suplir necesidades en el mercado local que se suplen en el exterior.
Aseguró que algunos panameños tienen capacidad de pagar por el valor agregado de la producción procedente de comunidades certificadas en el manejo y comercio forestal.
Este manejo implica asegurar que el bosque conserve su integridad como sistema y que sea sostenible también en lo económico y en lo forestal.
El WWF cuenta con una red de comercio forestal con más de más de 20 años de experiencia en la realización de certámenes internacionales como la Rueda Forestal.
La Primera Rueda de Negocios Forestales en Panamá es organizada con el respaldo del programa Impulso Panamá, iniciativa de desarrollo empresarial que ejecuta el Ministerio de Comercio e Industrias.
La iniciativa cuenta con el apoyo además de la estatal Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), de la Comisión Nacional de Gestión Forestal y de comunidades e industrias productoras del sector forestal de Panamá que están en vías de implantar un buen manejo y comercio responsable.
Carlos Espinosa dijo que hasta el momento han confirmado su participación en la Primera Rueda de Negocios Forestales de Panamá unos 30 compradores de Centroamérica, Sudamérica y Europa, los cuales comenzarán a llegar al país a partir del próximo fin de semana.
El director del proyecto de Desarrollo Forestal Comunitario de la agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés), Enrique Rivas, mencionó que parte esencial de la iniciativa es el desarrollo de un plan de gobernanza, con el apoyo de diferentes actores.
Recordó que hace unos cuatro o cinco años Panamá era el último país de las Américas sin territorio bajo certificación forestal, sin embargo resaltó que ahora tiene más de 200.000 hectáreas reguladas bajo plan de manejo y a punto de ser certificadas.
"Esto significa que el país ha pasado a una gestión totalmente distinta de gestión de sus bosques", afirmó.
El cacique general del Congreso General Emberá Wounaan, Betanio Chiquidama, reconoció la importancia de la gobernanza, al señalar que la comarca sufrió la deforestación de unas 10.000 hectáreas en los últimos 10 años por invasiones, explotación desordenada del bosque y presión ganadera.