La reelección del presidente de Ecuador, Rafael Correa, y la amplia mayoría del oficialismo en la Asamblea Nacional (Congreso), conseguidas en los comicios del pasado domingo, reconfiguraron el mapa político de este país, donde partidos tradicionales perdieron representación.
Analistas locales coinciden en que tras los resultados electorales, Correa ha logrado alterar la correlación de fuerzas y consolidar su liderazgo en función de una gestión de seis años en los que se han evidenciado cambios profundos a favor de las mayorías populares.
El politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Fernando Carrión, dijo a Xinhua que los resultados de los comicios "simplemente lo que hacen es ratificar el proceso de transformación que está viviendo el Ecuador en varios ámbitos".
"Obviamente el primero es el del sistema político, donde quedan atrás los partidos políticos que nacieron a la luz del retorno a la democracia en 1979 y de los liderazgos que también se construyeron en un poco más de 30 años", dijo el analista.
"Hemos visto el desaparecimiento de la partidocracia, de los partidos tradicionales y de sus liderazgos", insistió al tiempo que destacó que los siete rivales de Correa en las presidenciales "no estuvieron a la altura de la situación del pueblo ecuatoriano".
"Creo que no han logrado constituir en este proceso la presencia de un movimiento como (el oficialista) Alianza PAIS, que es absolutamente hegemónica", opinó.
Aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no anuncia los resultados oficiales, el escrutinio parcial de más del 86 por ciento de las actas, confirma el triunfo de Correa en una sola vuelta con el 56,67 por ciento, y del oficialista movimiento Alianza PAIS (AP) con al menos el 70 por ciento de los 137 escaños de la Asamblea.
La contundente victoria e inédita que obtuvo Correa, lo convirtió en el primer mandatario en la historia de la nación en ser reelecto por segunda ocasión, mientras la holgada mayoría en el Legislativo, con unos 98 a 100 escaños, le asegura la aprobación de leyes que estaban estancadas.
Correa dijo la víspera a la prensa extranjera, que su prioridad será la aprobación de una polémica Ley de Comunicación, las leyes de Aguas y Tierras, y reformas al Código Penal, necesarias para combatir la inseguridad ciudadana.
Además, la mayoría parlamentaria le asegura a Correa la aprobación de reformas a la Constitución, que no incluirían la disposición sobre la reelección presidencial. Correa anunció la víspera que "hará reformas puntuales" -que no especificó- a la Carta Magna vigente desde 2008, pero descartó una enmienda que le posibilite participar en otra reelección, uno de los temores de la debilitada y fragmentada oposición.
El movimiento de Correa consolidará su poder con el mayor bloque en el Legislativo, al que partidos tradicionales como: el derechista partido Social Cristiano, Sociedad Patriótica, Roldosista Ecuatoriano, y la alianza Movimiento Popular Democrático- Pachakutik, llegarán con una escasa representación, mientras que otros como Ruptura, ex aliado del gobierno, quedaron fuera al no lograr ni un solo escaño.
Analistas sostienen que la oposición buscará unirse para enfrentar al oficialismo, aunque es poco probable que puedan impedir su accionar en el Parlamento.
Tras los comicios, surgió una segunda fuerza política liderada por el movimiento CREO, del ex banquero Guillermo Lasso, quien quedó segundo en las elecciones presidenciales, que obtendría 10 asambleístas pese a ser nuevo en la escena política.
El analista Fernando Carrión, sostuvo que "ha habido una recomposición de la derecha alrededor de la figura de Lasso y de CREO, al que irán sumándose partidos tradicionales y pequeños grupos que han quedado a la deriva".
Sin embargo, "no sé hasta qué punto una estructura reciente como CREO esté en capacidad de asimilar política e ideológicamente a estos sectores", dijo.
Por su parte, el profesor universitario y analista político, Mauro Cerbino, sostuvo que la oposición enfrentará un camino cuesta arriba ante la escasa representación en el Parlamento, que la atribuye a la pérdida de apoyo popular y el desgaste político de sus líderes.
Citó el caso puntual del partido PRIAN, del magnate bananero Alvaro Noboa, quien quedó quinto en las presidenciales del domingo último con el 3,66 por ciento de los votos, según el escrutinio parcial.
"El desgaste obtenido ahora y permanente, me parece que no tiene posibilidad en la política. El partido de Noboa ya no existe", afirmó Cerbino.
Noboa, se presentó a su quinto intento por llegar a la Presidencia, algo que le volvió a ser esquivo, mientras en la Asamblea no habría obtenido ni un solo legislador.
A pocos días de los comicios, líderes de los partidos derrotados en la contienda hacen su propia lectura de los resultados preliminares.
Aunque reconocen que la pérdida de apoyo se debe a la dispersión de los sectores críticos al régimen, creen la aplicación del método DHont para el reparto de la mayoría de los escaños, fue determinante para dejarlos en minoría en el Legislativo.
Dicho método, impulsado por el oficialismo, da más peso a los partidos grandes.
A ello se sumó, la modificación de la votación por distritos electorales en las provincias más grandes.
En Guayas, considerado bastión de la oposición, el oficialismo alcanzaría 16 de 20 escaños en disputa, algo inédito en esa jurisdicción.
La asambleísta indígena opositora, Lourdes Tibán, comparó la contienda a una competencia entre "unas hormigas y un elefante", pero dijo que ahora "lo fundamental es el diálogo para lograr legitimidad en las leyes que sean aprobadas" en el Parlamento.
Otras organizaciones sostienen que la oposición se quedó sin capacidad de competir por el desprestigio a los adversarios con que el oficialismo llevó adelante la campaña electoral y "el discurso populista" del gobierno.
Sin embargo, admiten, que les faltó una mejor estructura e institucionalidad para encarar los comicios, según el reelegido legislador del Partido Roldosista, ex aliado del gobierno, Dalo Bucaram.
"Ahora vamos aprender de los errores, refrescar el discurso y trabajar a nivel de estructura", sostuvo.
Para disipar los temores de la oposición, el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, quien fue reelecto, dijo que el oficialismo legislará "sin abusar del poder" y "respetará a las minorías", a las que Correa ha acusado de boicotear la aprobación de leyes durante su gobierno socialista.
"No ha habido una oposición democrática en estos seis años, habido oposición desestabilizadora, conspiradora, golpista, obstruccionista", se quejó la víspera el mandatario de izquierda.