Cuba celebra hoy el aniversario 204 del natalicio del ciego francés Luis Braille, creador del sistema de lectura y escritura al tacto que lleva su apellido y es empleado por millones de invidentes en el mundo.
La Asociación Nacional del Ciego (Anci) desarrolló múltiples actividades por la efeméride, incluidas las 15 escuelas especiales existentes en la isla para niños deficientes visuales.
Luis Braille nació en la aldea de Coupvray, Francia, el 4 de enero de 1809 y estudió en el Instituto Nacional de jóvenes ciegos de París, pues había perdido la visión a los tres años a causa de un accidente.
Luego, empezó a ejercer como profesor en dicho instituto y comenzó a trabajar en un sistema propio de lectura y escritura para ciegos, modificando el lenguaje de puntos de Barbier que servía para enviar mensajes cifrados del ejército.
A los 15 años inventó un sistema de puntos que ha perdurado y facilitado la comunicación escrita.
Así nació el lenguaje Braille para ciegos, que consta de seis puntos en relieve, de cuya combinación pueden hacerse 63 figuras, válidas para representar letras, números, signos ortográficos y matemáticos, y la musicografía.
Este sistema se usa con algunas modificaciones según las adaptaciones a cada lengua.
El novedoso método llegó a Cuba a finales del siglo XIX de la mano de la Iglesia Católica, la cual hizo los primeros intentos por aplicarlo, aunque no fue hasta 1926 que la Fundación Varona Suárez comenzó su enseñanza sistemática en la única escuela nacional para ciegos.
La primera campaña de alfabetización para los ciegos cubanos se realizó en 1947, dirigida por el pedagogo invidente Zacarías Alvisa, quien empleó la radio para hacer llegar el conocimiento, un hecho inédito en América Latina.
Con el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro, en 1959, los ciegos cubanos tuvieron abierto el acceso a la educación, de forma gratuita.
Al realizarse en 1961 la campaña nacional de alfabetización, hubo un intento por extenderla a todos los ciegos del país y, aunque no fue posible tal masividad, algunos se beneficiaron del intento.
Las autoridades docentes utilizaron el sistema en la campaña de alfabetización para ciegos entre 1979 y 1983, durante la cual aprendieron a leer más de 1.500 invidentes.
Dicho resultado le valió al país el Premio Nadiezhda Krupskaia, de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En la actualidad, el Braille se emplea en la isla, además de las 15 escuelas especiales, en más de 100 áreas de lecturas para ciegos, con el apoyo de dos imprentas que producen libros y publicaciones seriadas en ese sistema de lectoescritura al tacto.
La educación de los cubanos invidentes se inicia a los cinco años de edad, con la alfabetización mediante el sistema Braille.
Después de transitar por las escuelas especiales hasta el noveno grado pueden optar por realizar estudios preuniversitarios y universitarios en escuelas de videntes, en las que reciben las asignaturas establecidas para todos y realizan los exámenes de forma oral.
Cuba garantiza así la educación de todos los deficientes visuales, y alrededor de 2.500 se encuentran en los distintos niveles de enseñanza.
El insigne inventor del método de puntos en relieve falleció de tuberculosis dos días después de su cumpleaños en 1852. Se dice que murió tranquilo pensando en la ayuda que había dado a los invidentes.
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