SANTIAGO, 11 feb (Xinhua) -- El club Universidad de Chile pidió hoy a sus aficionados evitar el uso de bengalas, fuegos artificiales y explosivos en los encuentros, luego de las sanciones que recibió por parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) tras un juego celebrado el pasado 30 de enero.
Estas prácticas son un perjuicio mayor para el club, sus socios abonados y una gran mayoría de aficionados que no comparten ni validan estos mecanismos de expresión, dijo la institución en un comunicado.
El club, uno de los más populares del país, pidió además denunciar "a quienes porten o quieran utilizar alguno de estos elementos prohibidos en el estadio".
El lanzamiento de bombas de ruido y bengalas por parte de la afición el pasado 30 de enero, en el partido de ida ante el paraguayo Guaraní por la ronda pre Copa Libertadores, motivó al ente rector del balompié sudamericano a sancionar al equipo chileno.
El cuadro universitario recibió una multa de 10.000 dólares y quedó condicionado a que, ante la ocurrencia de un hecho similar, se cerrará parcialmente su estadio para el próximo partido que juegue en condición de local en una competición organizada por la Conmebol.
Dicha sanción consiste en que el club tendrá que actuar sin público en una parte importante del estadio durante 24 meses en cualquier competencia organizada por la Conmebol.
El equipo chileno también quedó condicionado en los próximos dos años a recibir una sanción si durante ese tiempo se enciende una bengala o se detona una bomba de ruido o un fuego artificial.
El pasado fin de semana, la barra brava del club denominada "Los de Abajo" generó serios desórdenes tras el duelo ante el Santiago Wanderers de Valparaíso, lo cual propició un enfrentamiento con la policía y la detención de los líderes de la barra brava, quienes afrontan la posibilidad judicial de no volver a ingresar en un estadio de fútbol.
La violencia en los estadios de fútbol en Chile es una de las prioridades del gobierno de Sebastián Piñera, mediante el denominado Plan Estadio Seguro, aunque la violencia entre la barras bravas no ha disminuido.
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