La ola de calor que está afectando al sur de China ha despertado preocupaciones sobre los sistemas de irrigación en las zonas más pobres del país, en las que los cultivos están echándose a perder debido al mal mantenimiento de este tipo de instalaciones.
En la ciudad de Guilin, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, la sequía ha afectado a seis distritos desde julio y ha provocado escasez de agua para 47.000 residentes.
Según las autoridades locales, la sequía también ha dañado alrededor de 22.000 hectáreas de cultivos.
Los sistemas de irrigación, que dependen del agua de escorrentía y las fuentes de agua subterráneas, han quedado paralizados a causa de la prolongada sequía.
"El calor persistente provoca una disminución del nivel del agua en los embalses locales y reduce los niveles de agua subterránea. Las instalaciones de irrigación han estado funcionando durante más de 40 años sin ningún mantenimiento", dijo Tang Xiaojun, director de la oficina de recursos hídricos de Quanzhou. Este distrito, uno de los más afectados por la sequía, es una de las mayores áreas productoras de grano de Guilin.
"La paralización de los sistemas de irrigación ha dañado los cultivos", añadió Tang.
En la aldea de Zibeichong, la peor sequía registrada desde 1953 ha sacado a la luz problemas con las instalaciones de irrigación locales.
En un embalse ubicado a cuatro kilómetros de la aldea se ha perdido alrededor de un millón de metros cúbicos de agua porque el canal estaba bloqueado, explicó Feng Shibao, jefe del comité de aldeanos.
"No estamos preparados para hacer frente a un tiempo tan extremo", dijo Feng.