La huelga de unos 34.000 recolectores de basura en Chile, convocada por la Federación de Trabajadores de Empresas de Aseo, Jardines y Rellenos Sanitarios (Fenasinaj), entró hoy en su segundo día con efectos evidentes en las principales calles de Santiago, la capital del país.
Pese a un plan de emergencia de las autoridades locales, varias calles de la ciudad capital amanecieron repletas de desperdicios. Cada día este país genera unas 12.000 toneladas de basura.
La víspera, primer día de la huelga de los recolectores de basura, fracasaron las negociaciones entre el gremio y las autoridades comunales sobre las principales demandas, entre ellas un alza salarial, la reducción de las jornadas de trabajo de 12 horas, y mejores condiciones de seguridad.
Sobre el conflicto, el gobierno del presidente Sebastián Piñera acusó a los municipios (gobiernos distritales) y las empresas subcontratistas de los problemas del sector, que demanda más recursos.
Los recolectores de basura establecieron un diálogo con el ministro del Trabajo, Juan Carlos Jobet, pero sin resultados para levantar la medida de presión.
Los sectores de Estación Central, Independencia y Ñuño en Santiago registraron elevadas cantidades de desperdicios.
En otros municipios, los alcaldes contrataron camiones para la recolección y traslado de basura a centros de acopio creados mientras permanecen cerrados los vertederos bloqueados por la huelga.