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| Defensores de la eutanasia piden una ley clara |
Pekín, 05/12/2012(El Pueblo en Línea)--Partidarios del derecho a morir piden que se aclarare la situación jurídica.
Puede que el cuerpo de Li Yan sea débil, pero su voluntad para elegir el día de su muerte sigue siendo firme.
"No puedo hacer nada sin la ayuda de mis padres, ni comer, ni bañarme" dijo un hombre de 34 años con distrofia muscular. "Tengo que pensar en mi futuro, cuando mi salud empeore y no tenga a nadie que me cuide".
"Quiero tener una muerte digna cuando yo lo decida".
Li es defensora de la eutanasia, muerte asistida o también conocida como la muerte digna. Li dijo que ella cree que una persona debe decidir cuándo, dónde y cómo debe acabar su vida, incluso si necesita la ayuda de un familiar o profesional de la salud.
La eutanasia es ilegal en China, pero desde 2007, Li ha estado haciendo campaña para que se produzca un cambio en la legislación como ocurrió en Holanda, Suiza, Bélgica y algunos estados de Estados Unidos.
La cuestión de la eutanasia divide a la opinión pública, especialmente a los abogados y expertos en salud. Sin embargo, incluso los que se oponen están de acuerdo en que creando un proceso legal para la eutanasia puede prevenir que padres y cónyuges de enfermos terminales con buenas intenciones acaben en los tribunales.
En octubre, Jia Zhengwu, un campesino de 38 años, fue condenado por homicidio intencional, después de que empujara a su esposa, en silla de ruedas por un reumatismo, a un río de Lanzhou, capital de la provincia de Gansu.
Su esposa, Zhang Xiaojun, también de 38 años, murió el 21 de abril de 2011. Según una entrevista de Jia a la Televisión Central de China, su esposa le pidió en repetidas ocasiones que le ayudara a acabar con su vida. "El día de su muerte ella lloró y dijo que nunca se curaría, incluso después de haber gastado todo nuestro dinero en tratamientos", dijo.
El Tribunal que lleva el caso aún debe dictar un veredicto.
Jia podría recibir una sentencia similar a la de Deng Mingjian, un trabajador inmigrante de Guangzhou, que en mayo fue condenado a tres años de prisión, sentencia suspendida durante cuatro años, después de admitir haber ayudado a su madre a suicidarse.
"Vivía en un dolor constante", dijo Deng al diario China Daily, añadiendo que llevaba cuidando a su madre desde hacía muchos años, ya que la artritis reumatoide le impedía moverse. "Ese día, ella me agarró la mano con mucha fuerza. Viéndola sufrir no pude decir que no a su grito de auxilio".
Jia admitió haber comprado un pesticida y luego ayudó a su madre a bebérselo.
China no tiene ningún dato oficial sobre casos de eutanasia a nivel nacional. Sin embargo, Hong Daode, profesor de la Universidad China de Ciencias Políticas y Derecho, dijo que ha notado un creciente número de casos.
Dijo que ese tipo de acciones pueden "ser juzgadas como homicidios intencionales", pero explicó que algunos jueces dictan sentencias menos duras, entre 3 y 10 años, por las circunstancias atenuantes.
Sin embargo, como señaló Tang Chengkui, el abogado de Deng: "incluso si alguien alega haber asistido una muerte por compasión con el enfermo terminal, es difícil que un juez no considere esa acción como un homicidio intencional".
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