Kobe, Japón, 24/03/2020 (El Pueblo en Línea) -El asteroide Ryugu, una especie de peonza de 900 metros situada a 244 millones de la Tierra, fue atacado con un cañonazo por la sonda espacial japonesa Hayabusa 2 el pasado abril de 2019. El objetivo era sacarle las entrañas, literalmente, para poder estudiarlas. Este jueves, los resultados de esas mediciones se han publicado en la revista «Science». Y el más sorprendente es su edad, un secreto que hasta ahora permanecía bien guardado. La roca es mucho más joven de lo que se creía. Tiene solo nueve millones de años y es probable que su superficie no llegue a los 100.000 años, según ABC.
La nave espacial Hayabusa-2, lanzada en diciembre de 2014, llegó a Ryugu, tan lejano del Sol como lo está nuestro planeta, en junio de 2018. Desde entonces, se ha dedicado a escudriñar lo que ahora saben que es un montón de escombros. Como explica Masahiko Arakawa, de la Universidad de Kobe en Japón y autora principal del informe, este asteroide está formado por un montón de rocas sueltas, restos de múltiples colisiones en la historia del sistema solar. Por eso, observar su interior, completamente prístino, era tan importante.
Para ello, la nave disparó un proyectil de cobre de dos kilogramos y medio y un tamaño algo superior al de una pelota de tenis contra la superficie del asteroide. El objetivo era crear un cráter de impacto artificial de 10 metros de ancho. Como resultado, una columna de material salió expulsada y fue capturada en detalle por las cámaras de la nave espacial. En julio, la sonda recuperó muestras del fondo del cráter que llegarán a la Tierra a finales de año.
Sillitas para esperar el autobús,
la última invención en una economía compartida
Se filtra por error el sexto episodio
de «Juego de Tronos»
Un robot monje aprende a hablar inglés
Se estrena el documental
sobre “mujeres de consuelo” de China
57 universidades chinas
entre las 500 mejores del mundo
Las 10 cadenas hoteleras
más grandes del mundo
¿Cuánto paga un residente extranjero
por un alquiler en Beijing?
Un graduado de Tsinghua convierte
la cría del esturión cuchara en una mina de oro
La dedicación de una niña
al arte de la Ópera de Pekín


