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La Inteligencia Artificial puede erradicar el hambre mundial, pero la innovación tiene que estar mejor orientada

Pueblo en Línea  2018:11:05.13:55

Un robot bailarín se presenta durante el vigésimo concurso nacional de robots e inteligencia artificial de Guangdong. (Foto: Pueblo en Línea/ Hu Weihang)

Por Morag Hobbs

Beijing, 05/11/2018 (El Pueblo en Línea) – La inteligencia artificial se ha convertido en una palabra de moda que se suele emplear para definir muchas de las situaciones emergentes del mundo de hoy. Estamos influidos por la permanente afirmación de que el planeta puede cambiar mediante la robótica y la tecnología inteligente. Sin embargo, el principal problema es que muchas de las soluciones que actualmente se validan no están orientadas a erradicar problemas reales y urgentes, sino para generar sofisticados servicios que el individuo promedio nunca utilizará.

David Li, director ejecutivo del Laboratorio Abierto de Innovación de Shenzhen (SZOIL, por sus siglas en inglés) afirma que esta narrativa tiene que cambiar y pone de ejemplo la situación del continente africano.

"Los empresarios africanos tienen problemas reales que necesitan resolver con urgencia. No tienen tiempo para dedicarse a inventar cosas que van a cambiar el mundo, a pesar de que nadie lo necesite. Por fortuna, también hay personas que toman la tecnología existente y la integran a la problemática real para obtener una eficaz solución".

La seguridad alimentaria es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. En el 2015, alrededor de 800 millones de personas padecieron de hambre o desnutrición. Dos tercios de los hambrientos de este mundo viven en Asia, pero en África subsahariana es el lugar donde el índice es más alto: uno de cada cuatro residentes está desnutrido. Por lo tanto, es una tarea crucial la aplicación de tecnología inteligente para cerrar el capítulo de la desnutrición en África.

Robocop contra el tractor

Durante el año pasado, SZOIL -empresa con sede en Shenzhen- ha estado transformando su enfoque para trabajar estrechamente con sus socios africanos, principalmente en Ghana, Etiopía y Nigeria. El equipo desarrolla la robótica y la inteligencia artificial en tres áreas principales: transporte, agricultura y acuicultura.

Li explica que el debate actual que rodea la innovación lleva a muchos emprendedores a tratar de buscar el “unicornio” buscando crear nuevas tecnologías. Sin embargo, el director ejecutivo de SZOIL considera que si cambiamos la narrativa que rodea a la tecnología de punta, podemos tomar algo que ya existe y encontrarle un nuevo uso muy eficaz. En pocas palabras, los emprendedores no tienen que ser genios o iluminados. Además, la forma en que abordamos la inteligencia artificial también tiene que cambiar.

"Cuando la gente habla de robots es siempre como una nueva especie de ser consciente, que puede funcionar de forma autónoma, pero esto no es real. Específicamente, en el sector agrícola, estamos buscando construir equipos agrícolas inteligentes como, por ejemplo, los tractores. Muchas veces cuando se habla de robots, nadie se imagina un tractor. Un robot es sólo una pieza mécanica. No es sustancialmente diferente a otra herramienta conocida”, asegura Li.

"Lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que se entienda que los robots son herramientas. Es decir, algo que pueden poseer y controlar. Al personificar lo que representan los robots, nos vamos del análisis real. Un robot no va a llegar y arrebatarme mi empleo.”

Li añade que es mucho más probable que los individuos sean los dueños de los robots que viceversa. Por ejemplo, SZOIL ha desarrollado cooperaciones con organizaciones como la ecología de código abierto. Esto permite que en cualquier parte del mundo los usuarios puedan descargar un plano y construir su propia maquinaria. El tractor de código abierto, que se desarrolla en Shenzhen, hoy se encuentra en sus primeras etapas. Para marzo del 2019 se ha establecido una prueba en Ghana, y la versión autónoma en línea se liberará a finales de ese año.

Erradicando el hambre mundial: una granja de pequeños productores conectados

Un estudio de la FAO, publicado a finales del 2014, declaró -para sorpresa de todos- que tanto en los países desarrollados como en desarrollo hay más de 500 millones (o nueve de cada diez) granjas que son mantenidas por núcleos familiares. Las granjas familiares, como una forma predominante de producción agrícola, no sólo produce alrededor del 80 por ciento de los alimentos del mundo, sino que también abarca entre el 70 y 80 por ciento de las tierras de cultivo. En este sentido, los agricultores pequeños pueden descargar un modelo de equipo agrícola autónomo concebido en China, pero ¿cómo ayudará esta innovación a superar una crisis tan grave como el hambre mundial?

Li enfatiza que la relación capacidad-producción en las granjas de los agricultores pequeños apenas alcanza un 70 por ciento. La razón principal es que no hay suficiente personal.

"El uso de la maquinaria autónoma puede aliviar ese cuello de botella", asegura Li.

Con la ayuda de tecnología inteligente y sin necesidad de aumentar la mano de obra, los agricultores pequeños pueden hacer su tierra más productiva. Por ejemplo, un reportaje de China Daily de este año indicó que una filial de Eagle Brother, empresa con sede en Wuhan, provincia de Hubei, ya ha implementado vehículos áereos no tripulados (drones) para ayudar a fertilizar los cultivos. Además, los agricultores pueden personalizar este servicio en función del cultivo, el tamaño de la granja y el tipo de abono o plaguicidas requerido.

El uso de drones para difundir plaguicidas será un método más eficiente y más seguro que el método convencional de fumigación de cultivos. De hecho, reduce el consumo de agua en un 90 por ciento, la cantidad de plaguicidas en un 40 por ciento y aumenta 50 veces la productividad.

Un informe reciente de la ONU precisa que necesitamos expandir para el 2050 nuestra producción de alimentos en un 70 por ciento. De manera que elevar los niveles de producción permita afrontar el crecimiento poblacional en el planeta. Sin embargo, Li sugiere que si analizamos la crisis alimentaria como más un problema de distribución que de producción, el problema es mucho más manejable.

"Un tercio de la comida que producimos se desperdicia. En países desarrollados se desperdicia sobre la mesa. En el mundo en desarrollo se pierde en los almacenes."

SZOIL actualmente trabaja en África haciendo sensores de almacenamiento conectados a Internet que pueden monitorear la humedad y la temperatura. Cuando el producto empieza a deteriorarse, se recibe una alerta.

"Es un dispositivo sencillo, pero que puede evitar la pérdida de cereales y alimentos que están almacenados. Y ya tenemos esa tecnología", destaca Li

“La Franja y la Ruta” como vínculo infraestructural

Aunque la tecnología inteligente puede proporcionar la vía para acabar con las preocupaciones de los productores agrícolas que tienen acceso a Internet, si se trata de un empresario de Etiopía, país donde apenas cerca de un 15 por ciento de la población tienen acceso a Internet, lograr entrar a la red será el siguiente desafío.

Sin embargo, a medida que China avanza en su iniciativa “La Franja y la Ruta”, la infraestructura se desarrolla con rapidez. Y cuando ya se establece la infraestructura principal, entonces el transporte es el último obstáculo.

"La cadena global de suministro es más funcional de lo que pensamos. En Etiopía, en medio de la nada, se puede comprar una lata de Coca Cola. Esto demuestra el alcance de la cadena de suministro global. Y lo único que necesitamos es la conectividad."

De acuerdo con la Unión Africana, la penetración de Internet en África casi se ha triplicado en los últimos cinco años. Y aunque la tasa de Internet en Etiopía es baja -rondando un 10 por ciento en el 2015- la dinámica demuestra que los países en desarrollo mejoran su conectividad. China impulsa este cambio. Un ejemplo notable es el desempeño de YOFC, una empresa con sede en Wuhan, provincia de Hubei, especializada en la producción y venta de fibra óptica y cables. YOFC ha instalado fibra óptica en países africanos como Etiopía, Sudáfrica y Kenia, destacó el China Daily.

Con una conectividad más alta y mejores vínculos infraestructurales, las empresas de inteligencia artificial reajustarán la brújula para aplicar la tecnología existente en solucionar problemas urgentes y reales. Si se obra de esta manera, entonces tenemos una verdadera posibilidad de abordar con eficacia los principales dilemas globales y solucionarlos en un futuro que está a la vista. 

(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)

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