RIO DE JANEIRO, 5 jun (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Michel Temer, aseguró hoy que el gobierno se marcó la meta de reducir del 11,5 al 7 por ciento "la dependencia externa de combustibles", para quedar menos expuestos a las variaciones del precio del petróleo en el mercado internacional y de las oscilaciones del cambio.
"Reduciremos del 11,5 por ciento al 7 por ciento nuestra dependencia externa de combustibles. Brasil estará menos expuesto, y esta frase es importante, a la variación internacional del precio del petróleo y a las fluctuaciones cambiarias", afirmó Temer este martes en una ceremonia en el Palacio Presidencial de Planalto.
Para Temer, con la reducción de la dependencia externa de los combustibles, Brasil evitará sufrir en un futuro problemas como los causados por la huelga de camioneros que durante once días, paralizó el país, a finales de mayo, en protesta por el aumento de los precios de los combustibles.
"Por lo tanto, quien sabe si en un futuro no distante, muy próximo, conseguimos evitar acontecimientos como este que se verificó la semana pasada", dijo en alusión a la huelga.
La huelga de los camioneros estuvo motivada por los aumentos en el precio del diésel aplicados por la estatal Petrobras, en consonancia con la subida de los precios del petróleo en el mercado internacional, así como la valorización del dólar con el real brasileño en las últimas semanas.
Para contentar a los camioneros, Temer se comprometió a reducir en 0,46 reales (0,12 dólares) por día el precio del diésel durante 60 días, además de reducir impuestos en el diésel, y a cambio compensará a la estatal Petrobras por las pérdidas que tenga por la rebaja del precio.
Temer hizo estas declaraciones tras una ceremonia en la que el gobierno definió metas de reducción de gases causantes del efecto del invernadero durante los próximos diez años, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra hoy.
El Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) propuso hoy al gobierno reducir un 10 por ciento las emisiones de carbono en la matriz de combustibles brasileñas, con lo que las emisiones deben caer de los actuales 74,25 gramos CO2/MJ a los 66,75 gramos CO2/MJ.
La reducción representa la retirada de unos 600 millones de toneladas de carbono a la atmósfera hasta 2028.