
Londres, 15/05/2018(El Pueblo en Línea) - Las relaciones de la Familia Real británica con la prensa siempre han sido delicadas. Tras la trágica muerte de Diana de Gales en París en agosto de 1997, sus hijos los Príncipes Guillermo y Enrique comenzaron a contemplar a los paparazzi con recelo y desasosiego. Tenían solo 15 y 12 años, pero eran conscientes del brutal acoso que sufrió Diana por parte de los medios durante los últimos y años y sobre todo, durante sus últimas horas de vida.
Por ello, que en vísperas de la boda del Príncipe Enrique salga a luz que su futuro suegro Thomas Markle pactó con unos fotógrafos varias imágenes ha tenido una repercusión mayúscula, un acto de traición en toda regla para el novio, quien había medido al milímetro cómo quería que fuese la cobertura de todo lo relacionado con su próximo enlace. La noticia se repetía una y otra vez en todos los medios británicos: «El padre de Meghan Markle pacta unas fotografías por 100.000 dólares». Tan solo unas horas después llegaba la confirmación de que no asistirá a la boda. Thomas declaró al portal TMZ que no quería avergonzar a la Familia Real ni a su propia hija en una fecha tan señalada. El hombre que llevaría del brazo a Meghan al altar se daba de baja a última hora. Confesó también que hace seis días sufrió un ataque al corazón. Había logrado reponerse e incluso obtener el permiso de los médicos para volar a Londres y estar al lado de su hija. Pero tras el escándalo, ha cancelado todos sus planes, según ABC.
Hasta el día en que se anunció el compromiso de Meghan y el Príncipe Enrique, Thomas Markle, de 73 años, disfrutaba de una apacible y anónima vida en Rosarito, al norte de México. Ya retirado de su oficio como director de iluminación, lo único que quería en su día a día era tranquilidad. Según ha declarado, con ese trato con una agencia de fotógrafos solo buscaba reconstruir su imagen. «Si me van a sacar igual, por lo menos que yo tenga algún control», debió pensar Markle. Decidió entonces hablar con ellos y consensuar una serie de «posados robados»; viendo una imagen de su hija en el ordenador o tomándose medidas del traje. Reconoce que ha cobrado por las imágenes, «aunque el dinero no fue su principal motivación». La prensa internacional publica que se habría embolsado 100.000 euros. Él no ha puesto cifra pero asegura que le han llegado a ofrecer un buen montante por conceder entrevistas hablando de su hija. Siempre lo rechazó.
Sillitas para esperar el autobús,
la última invención en una economía compartida
Se filtra por error el sexto episodio
de «Juego de Tronos»
Un robot monje aprende a hablar inglés
Se estrena el documental
sobre “mujeres de consuelo” de China
57 universidades chinas
entre las 500 mejores del mundo
Las 10 cadenas hoteleras
más grandes del mundo
¿Cuánto paga un residente extranjero
por un alquiler en Beijing?
Un graduado de Tsinghua convierte
la cría del esturión cuchara en una mina de oro
La dedicación de una niña
al arte de la Ópera de Pekín


