Neuronas de ansiedad activadas en el hipocampo - CUMC
Nueva York, 05/02/2018(El Pueblo en Línea) – La ansiedad se define como la respuesta de anticipación totalmente involuntaria que experimenta el organismo frente a estímulos que, ya sean externos o internos –como sería una mera idea o pensamiento–, son percibidos como amenazantes o peligrosos. En consecuencia, y percibida la amenaza –justificada o injustificada–, el cuerpo se ‘prepara’ para reaccionar y experimentamos unos síntomas muy poco ‘agradables’ –como la sudoración o la taquicardia–. Así, la ansiedad se presenta como una respuesta totalmente natural frente a las situaciones de estrés. Pero, exactamente, ¿dónde se origina esta ansiedad? Pues según un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.), en un grupo de neuronas localizadas en el hipocampo y bautizadas como ‘neuronas de ansiedad’. Un descubrimiento que, según sus autores, puede abrir la puerta al desarrollo de tratamientos para combatir la ansiedad, muy especialmente cuando se dispara hasta el punto de suponer una enfermedad –el consabido ‘trastorno de ansiedad’, según ABC.
Como explica René Hen, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Neuron», «hemos encontrado estas neuronas en el cerebro de ratones, si bien es probable que también existan en los humanos. Y las denominamos ‘neuronas de ansiedad’ porque solo se activan cuando los animales se encuentran en lugares y situaciones que son innatamente percibidos como amenazantes. En el caso de un ratón, estos lugares podrían ser un espacio abierto en el que hay una mayor exposición a los depredadores, o una plataforma elevada».
Sentir ansiedad no es solo normal. También es absolutamente necesario. Y es que esta ansiedad es un mecanismo de alarma para que los animales –incluidos los seres humanos– eviten aquellos comportamientos o situaciones que amenazan su existencia. El problema tiene lugar cuando una persona tiene una percepción desmesurada de las amenazas. Por ejemplo, cuando su cerebro interpreta que caminar entre una multitud tiene el mismo peligro que meterse en una fosa con cocodrilos. Y es que en estos casos, la ansiedad deja de ser una molestia transitoria para convertirse en una enfermedad.
El objetivo del nuevo estudio fue tratar de comprender qué es lo que funciona mal en el trastorno de ansiedad. Y para ello, utilizaron un modelo animal –ratones– para intentar descifrar cómo el cerebro procesa la ansiedad ‘saludable’.