BEIJING, 6 jul (Xinhua) -- La tendencia a "comprar lo estadounidense" puede estar ganando fuerza en Washington y en el sector corporativo estadounidense, pero un hecho peculiar es que las celebraciones del Día de la Independencia de Estados Unidos dependieron de China.
El 4 de julio los estadounidenses celebraron su fiesta anual con fuegos artificiales, banderas y parrilladas al aire libre, aunque la mayor parte de los productos que utilizaron en la celebración fueron hechos en China.
El Buró de Censos de Estados Unidos ha señalado que los estadounidenses importaron más de 300 millones de dólares de petardos el año pasado, 96 por ciento de los cuales provenían, en efecto, de China.
"Compramos algunos petardos de México, pero no son tan buenos como los chinos. (Los chinos) los han fabricado durante muchos miles de años. China lleva a cabo un fantástico trabajo", declaró Don Lantis, presidente de la Asociación Nacional de Fuegos Artificiales.
El Día de la Independencia es la época más popular del año para que los estadounidenses coloquen banderas de barras y estrellas y cocinen al aire libre. Una gran mayoría de sus banderas y parrillas provienen de China.
Quizás al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le disguste que mientras pide a la gente que "compre lo estadounidense", que ha convertido en un lema nacional, los consumidores estadounidenses opten por los buenos precios.
El comercio con China ayuda a cada familia estadounidense a ahorrar 850 dólares cada año, de acuerdo con el Ministerio de Comercio de China. Desde lámparas hasta velas de cumpleaños, desde chancletas hasta trampas para ratones, la vida de los estadounidenses se trastocaría si tuvieran que vivir un día sin lo "Hecho en China".
Como China se ha convertido en el mayor socio comercial de Estados Unidos, algunos políticos de ese país responsabilizan a China por provocar un amplio déficit comercial a costa de los empleos de Estados Unidos. Sin embargo, se trata de una exageración nacionalista, ya que los hechos y las cifras claramente apuntan hacia otro lado.
Alrededor de 40 por ciento del superávit comercial de China es generado por compañías estadounidenses en China, mientras que el comercio bilateral y la inversión mutua en 2015 crearon 2,6 millones de empleos en Estados Unidos.
Los problemas estructurales son los que contribuyen a los desequilibrios comerciales entre los dos países, de acuerdo con Zhang Yuyan, director del Instituto Economía y Política Mundiales de la Academia de Ciencias Sociales de China.
"Rastrear un déficit comercial es engañoso. Todo eso (el déficit comercial) significa que nosotros en Estados Unidos consumimos más", dijo Tori K. Whiting, un investigador asociado del grupo de consultoría Heritage Foundation con sede en Washington.
Los expertos dicen que para abordar estos desequilibrios, que han sido el foco de la política comercial de la administración Trump hacia China, ambos países deben llevar a cabo reformas estructurales en lugar de simplemente disminuir el déficit comercial.
Por otro lado, la cuenta corriente de China se ha vuelto más equilibrada en los años recientes. La proporción de su superávit de cuenta corriente con el producto interno bruto cayó por debajo del 2 por ciento en 2016, en comparación con alrededor de 9,9 por ciento del 2007.
Para equilibrar el comercio bilateral, los dos países acordaron adoptar acciones para ampliar el comercio de carne y pollo, e incrementar el acceso de las compañías financieras estadounidenses, entre otras acciones, como parte del resultado inicial de un plan de acción de 100 días.
A finales de junio, China recibió el primer cargamento de carne de Estados Unidos después de una prohibición de 14 años, y con un incremento de la clase media, los conocedores de la industria pronostican que China se volverá un gran importador de carne estadounidense.
El secretario estadounidense de Agricultura, Sonny Perdue, ha dicho que ésta es una gran noticia para el sector cárnico, para los ganaderos y para la economía de Estados Unidos en general.
En reciprocidad, Estados Unidos ha aprobado también las importaciones de aves cocidas producidas en China.
Es mejor que ambas partes aborden las diferencias económicas, como los desequilibrios comerciales, a través de un diálogo franco, dijo el cónsul general chino en Chicago, Hong Lei.
"Abrir más los mercados, promover la inversión bilateral y fortalecer los lazos comerciales a nivel local podría contribuir a lazos económicos más firmes y más estrechos entre China y Estados Unidos", indicó Hong.
"Creemos que la cooperación económica chino-estadounidense es la tendencia de los tiempos. Continuaremos avanzando", dijo el viceministro de Hacienda chino Zhu Guangyao.