BEIJING, 23 abr (Xinhua) -- Después de un trayecto de 20 días, el tren "Viento de Oriente" llegó a Budapest, la capital de Hungría, lo que representó el resurgimiento de la antigua Ruta de la Seda e inyectó un nuevo ímpetu a la cooperación global.
El tren llegó el viernes con sus 41 vagones llenos de ropa, juguetes y otros productos chinos, después de un trayecto de 9.300 kilómetros a través de Kazajistán, Rusia y Bielorrusia.
El tren partió de Xi'an, China, para recorrer una ruta que atestiguó el florecimiento del comercio entre China y Europa hace más de 2.000 años.
Xi'an, en ese entonces conocida como Chang'an, fue la capital de China, el comienzo de la Ruta de la Seda y un importante nexo del comercio y la cultura internacionales.
Se espera que la ciudad recupere parte de su gloria pasada conforme China expanda sus enlaces comerciales internacionales por tierra. El 1 de abril, el país anunció siete nueve zonas de libre comercio, cinco de las cuales se encuentran en provincias interiores, incluida una en Xi'an.
Xi'an tiene rutas de tren de carga a Budapest, Hamburgo, Moscú y Varsovia, a través de las cuales se llevan productos chinos a Europa, mientras que vino, aceite de oliva y farmacéuticos, entre otros artículos, son llevados a China.
El transporte ferroviario exprés de China, más rápido que el marítimo y más barato que el aéreo, ofrece servicio a 28 ciudades europeas. Desde marzo de 2011, se han hecho más de 3.500 viajes, y la cifra debe aumentar a 5.000 para el 2020.
Además de las conexiones ferroviarias, China está impulsando proyectos de infraestructura, incluidos puertos, carreteras y oleoductos, para un ambicioso plan: la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Se trata de una red transnacional de comercio e inversión y desarrollo económico de largo plazo.
La iniciativa, que abarca a la Franja Económica de la Ruta de la Seda y a la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, fue propuesta por primera vez por China en 2013. Se espera que incluya a más de 60 por ciento de la población mundial y a más de un tercio de la producción económica global.
La iniciativa incluye tres importantes aspectos: infraestructura, comercio e inversión y cooperación en capacidad industrial. Se tiene contemplado que inyecte energía nueva a la economía mundial.
Mientras que en algunos países occidentales está surgiendo un movimiento antiglobalización, China defiende firmemente la idea de apertura y de desarrollo común.
La globalización está cambiando en gran parte por el crecimiento de China y ahora está más enfocada en inversión, infraestructura y desarrollo, en lugar de sólo en comercio, dijo el escritor Amitav Acharya, autor de "El fin del orden mundial estadounidense", en una entrevista reciente con Xinhua.
El el contexto de crecimiento y comercio globales débiles y de una caída de 13 por ciento en la inversión extranjera directa global, la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha recibido un amplio apoyo. Más de 40 países y organizaciones internacionales han firmado acuerdos con China para impulsar en conjunto la iniciativa.
Se espera que cerca de 20 países y más de 20 organizaciones internacionales firmen documentos de cooperación con China el mes próximo.
El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que "la Franja y la Ruta se ha convertido en el bien público más importante que China ha brindado al mundo. Fue propuesta por primera vez por China, pero ahora es para que la disfruten todos los países".
Desde 2013, China ha invertido más de 50.000 millones de dólares en países de la Franja y la Ruta. Un total de 56 zonas de cooperación económica y comercial ya fueron construidas por empresas chinas allí, lo que ha generado cerca de 1.100 millones de dólares en ingresos fiscales y creado 180.000 empleos locales.
El comercio entre China y los países a lo largo de la Franja y la Ruta totalizó 6,3 billones de yuanes (cerca de 913.000 millones de dólares) en 2016.