Por Zhong Sheng
Beijing, 31/03/2017 (El Pueblo en Línea) - Recientemente, las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos han llamado mucho la atención internacional.
Las estadísticas sobre los vínculos económicos bilaterales son la prueba mejor para expresar la realidad objetiva, que poco tiene que ver con el “supuesto” hecho del robo de empleos a EE.UU por parte de China.
China es el mayor socio comercial de Estados Unidos, y Estados Unidos es el segundo socio comercial de China. Ambos países disfrutan de un vínculo comercial cercano. En 1979, cuando se establecieron las relaciones diplomáticas, el volumen de comercio bilateral era de 2,5 miles de millones de dólares. 37 años más tarde esa cifra ha crecido 207 veces, alcanzando los 519,6 miles de millones de dólares.
Este estratosférico crecimiento se debe a la naturaleza complementaria de las situaciones económicas de ambas naciones. La fiable cooperación ha conducido a resultados mutuamente beneficiosos.
China es el destino del 26 por ciento de los aviones Boeing exportados por Estados Unidos, el 56 por ciento de su soja, el 16 por ciento de sus automóviles y el 15 por ciento de sus circuitos integrados. Jack Ma, fundador de Alibaba, compañía china de comercio electrónico, propuso ofrecer un millón de empleos a ciudadanos estadounidenses para estrechar las relaciones entre el creciente mercado de consumo de China y los fabricantes estadounidenses.
Sin embargo, algunos analistas en Estados Unidos encuentran interminables fallas en el superávit comercial de China, criticando al país por robar los empleos de su socio comercial de América del Norte. Tal anticuado punto de vista no define la verdad objetiva de la relación comercial China-EE.UU. El superávit comercial de China existe debido a las diferentes estructuras económicas que tienen ambos países. De acuerdo a Steven Roach, investigador principal de la Universidad de Yale, Estados Unidos ha tenido déficits comerciales con 101 países.
De hecho, el superávit de China no necesariamente la beneficia. El desbalance del comercio bilateral entre los dos países ayuda a las familias estadounidenses a ahorrarse 850 dólares como promedio anual. Además, alrededor del 40% del superávit comercial que se le endosa a China es generado por empresas estadounidenses que producen desde China. De hecho, más del 90 por ciento de los beneficios de los productos chinos que compra Estados Unidos es ganancia para empresas estadounidenses.
A medida que los dos países eleven sus economías, su estructura comercial bilateral también se transformará. En la última década, las exportaciones de EE.UU. a China aumentaron un 11 por ciento anual, mientras que las exportaciones de China a Estados Unidos aumentaron un 6,6 por ciento. El volumen del comercio bilateral en el sector de los servicios ha superado los 100.000 millones de dólares. En este aspecto, Estados Unidos ha mantenido un superávit con respecto a China.
La inversión de dos vías entre China y EE.UU. ha superado los 170 mil millones de dólares. Sin embargo, esta situación que refuerza la energía económica de ambos países, ha sido mal entendida por algunos observadores que consideran que la inversión china en Estados Unidos es una amenaza.
Hasta finales del 2016, Estados Unidos habían invertido en China cerca de 80.000 millones de dólares en 67.000 proyectos, lo que representa el 7,8 por ciento de la inversión extranjera aprobada por China. Un informe sobre el entorno empresarial de China, emitido en el 2016 por el Consejo de Negocios Estados Unidos-China, el 90 por ciento de las empresas estadounidenses que operan en China han resultado rentables. Y a medida que China avance en su proceso de apertura, las empresas estadounidenses disfrutarán de más oportunidades de inversión en China y ganancias.
Las inversiones chinas han llevado beneficios tangibles a la economía de Estados Unidos. Por ejemplo, las empresas chinas han inyectado más de 3.000 millones de dólares en Michigan, dinamizando el ambiente de negocios de esa región. A finales del 2016, la inversión directa no financiera de las empresas chinas en Estados Unidos había alcanzado casi los 50.000 millones de dólares, cubriendo 44 estados y creado cerca de 100.000 puestos de trabajo.
China es la nación en desarrollo más grande del orbe y Estados Unidos es el país desarrollado más prominente. Ambos tienen importantes economías de peso mundial que, en su conjunto, representan una cuarta parte de la población mundial, un tercio de su volumen económico y una quinta parte del comercio bilateral.
Una cooperación sana y estable entre ambos países es la única opción correcta para el futuro de China y EE.UU.
Ese camino no sólo beneficiará a los dos pueblos, el mundo también lo agradecerá.