La Casa Blanca y los medios de Estados Unidos están enfrentados al inicio de la presidencia de Donald Trump y los expertos esperan que la animosidad se prolongue.
Trump, quien sorprendió al mundo en noviembre al derrotar a su rival demócrata Hillary Clinton, tuvo una mala relación con los medios del país durante su campaña y criticó en repetidas ocasiones a la prensa y a ciertos reporteros por tratarlo injustamente.
En su primer día como presidente a principios de la semana, Trump dijo que ha estado "en guerra" con los medios del país y que los combatirá con uñas y dientes.
Los expertos señalan que si la primera semana es una indicación de lo que se espera para el futuro, parece que la animosidad continuará.
"Creo que habrá una relación de más enfrentamiento entre Trump y los medios de Washington pues los funcionarios de la administración y los simpatizantes de Trump han sido escépticos durante mucho tiempo con respecto a la manera en que los medios han cubierto a Trump en particular y a los conservadores en general". dijo a Xinhua Dan Mahaffee, analista del Centro para el Estudio de la Presidencia y el Congreso.
El estratega republicano Ford O'Connell dijo a Xinhua que parece que la guerra entre la Casa Blanca y la prensa estadounidense continuará en los próximos cuatro años.
"Es necesario entender que los medios dominantes en general detestan a Trump y básicamente no pueden entender el motivo por el cual sus simpatizantes votaron por él", dijo O'Connell.
Los medios no entienden el atractivo de Trump y van a golpearlo a menos que logre algunos éxitos en los próximos 100 días.
"Si (Trump) es exitoso en los primeros 100 días lo que esperaría (de los medios) es que bajaran de tono", dijo.
Christopher Galdieri, profesor adjunto del Saint Anselm College en Nueva Hampshire, también cree que la amarga rivalidad entre Trump y los medios continuará.
Una de las razones, dijo, es lo que muchos de los medios dijeron que son falsas declaraciones del secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, durante su primera conferencia de prensa el fin de semana.
Spicer afirmó que la toma de posesión del viernes registró una asistencia récord. En respuesta, algunos medios publicaron fotos en las que compararon el evento del viernes con la toma de posesión de Barack Obama en el 2008 y mostraron una asistencia mucho mayor al evento de Obama.
"Coincido en que esto no es tan importante, en el plano amplio de la política, como el comercio internacional, la atención a la salud y otros temas, pero creo que tiene un efecto corrosivo que hace que la prensa sea más escéptica de la administración. Y apunta a que la obsesión de Trump con la óptica, la enormidad, etc, continuará durante su presidencia", dijo Galdieri a Xinhua.
Darrell West de la Brookings Institution dijo a Xinhua que la relación entre Trump y los reporteros sigue siendo bastante polémica. "Fue difícil durante la campaña y se ha agravado", dijo.
"El presidente vapulea con regularidad a los reporteros y los llama deshonestos. No hay motivo para pensar que esta relación vaya a mejorar. Ninguna de las dos partes confía en la otra", dijo.
Pero Mahaffee considera que la relación podría mejorar en el futuro pues las dos partes necesitan cooperar para que la prensa obtenga historias y para que la administración Trump obtenga la cobertura de sus políticas.
"Además, muchos del equipo de la administración Trump, que no están habituados al escrutinio regular de la prensa, se acostumbrarán a la manera en que los medios cubren la Casa Blanca", afirmó.