Identifican neuronas responsables de las cosquillas |
Fuente:agencias
Madrid,11/11/2016(El Pueblo en Línea)-Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua, que las cosquillas son una «excitación nerviosa acompañada de risa involuntaria, que se experimenta en algunas partes del cuerpo cuando son tocadas ligeramente». Los científicos saben que las cosquillas producen una sensación placentera, gracias a través de la dopamina, un neurotransmisor clave en el sistema de recompensa del cerebro. Sin embargo, la función de las cosquillas y sus mecanismos neurológicos son aún desconocidos. De hecho este gesto, que de forma amistosa provoca la risa, en el medievo era una forma de tortura, según ABC:
Si las cosquillas tienen alguna función evolutiva es una cuestión todavía por dilucidar. Y las teorías al respecto son bastante variadas. Para algunos, ayudan a establecer una relación positiva entre padres e hijos ya que provocan la risa en los pequeños y de modo reflejo en sus progenitores. Otra teoría va más allá e indica que las zonas más sensibles a las cosquillas serían también las más expuestas en un combate cuerpo a cuerpo. Y de ahí que la manía de los padres de hacer cosquillas a sus retoños serviría para entrenarles en la defensa personal.
En cualquier caso, lejos de tomárselo a risa, los científicos se interesan bastante por esta intrigante sensación que no es exclusiva de los humanos. De hecho, un grupo de investigadores ha identificado ciertas neuronas en el cerebro de las ratas responsables de las cosquillas y las risas que la acompañan. Y es que, los roedores también se ríen, aunque de forma imperceptible para nosotros, ya que sus carcajadas son «ultrasónicas» y no están dentro del registro oído humano.
Localizadas las neuronas, mediante su estimulación, pudieron provocar que las ratas rieran, sin necesidad de acariciarlas en las zonas donde siente las cosquillas. Además, se descubrió que, como los humanos, estos animales disfrutaron de las cosquillas sólo cuando estaban de buen humor, pero no cuando estaban estresadas. El trabajo lo publica la revista Science.