LA PAZ, 17 oct (Xinhua) -- El gobierno boliviano recordó este lunes el inicio de la revolución que en 2003 derrocó a la administración del entonces presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, para recuperar recursos naturales, como el gas, a través de nacionalizaciones.
Para Morales, el alzamiento del pueblo contra el gobierno de Sánchez de Lozada (2002-2003) ha sido en defensa de los recursos naturales y fijó una agenda, que a su juicio, cumplió en su gestión de una década.
Sánchez de Lozada asumió la Presidencia de Bolivia el 6 de agosto de 2002 para un segundo mandato, sin embargo renunció al cargo el 17 de octubre de 2003.
Luego de casi dos semanas de intensas protestas civiles en contra de la exportación de gas por puertos de Chile, lo sucedió el entonces vicepresidente de Bolivia, Carlos Mesa.
En las jornadas violentas del 11 al 17 de octubre de 2003, más de 60 personas perdieron la vida y al menos 400 resultaron con heridas de diverso tipo por enfrentamientos con policías y militares.
"Hermanas y hermanos el pueblo se levanta, un día como hoy (de hace 13 años) los privatizadores se escapan a Estados Unidos, Gonzalo Sánchez de Lozada, y es el levantamiento de todas las fuerzas sociales", dijo Morales en un acto público en la ciudad de Cochabamba (centro).
Agregó que a la fecha, desde que asumió la presidencia en 2006, ha cumplido con las demandas del pueblo boliviano, como la aprobación de una nueva Constitución que defienda y proteja los recursos naturales y la aplicación de una política de nacionalización.
El 1 de mayo de 2006 Morales firmó un decreto que nacionaliza y devuelve al Estado el control absoluto de todos los hidrocarburos, el cual obliga a las petroleras que operan en Bolivia a entregar el 82 por ciento de su producción.
A su turno, el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, recordó que el 17 de octubre de 2003 comenzó una revolución en el país para defender los recursos naturales que derivó en el derrocamiento de Sánchez de Lozada.
Según García Linera, en ese entonces la gente se molestó, protestó y se sublevó contra un gobierno que pretendió vender el gas boliviano a Chile.