El barrio chino de Buenos Aires tiene desde el pasado agosto veinte placas de calles con sus nombres traducidos al mandarín, una iniciativa que, según los vecinos y transeúnes, es un claro mensaje de integración y facilita la movilidad por la zona.
"Me parece muy bueno para integrar a la gente, aparte los dos idiomas me parecen bárbaros para que estemos todos comunicados de la misma manera", contó una vecina llamada Laura a esta agencia.
La medida forma parte de un proyecto integral para dar a la zona mayor movilidad sustentable, ordenamiento y un mejor tratamiento de la basura, entre otras tareas, puesto en marcha por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de Buenos Aires.
Durante la colocación de las placas, el ministro Eduardo Macchiavelli aseguró que "a partir de ahora, los vecinos que visiten el barrio chino podrán leer el nombre de las calles en ambos idiomas. De esta manera contribuimos a mantener la identidad del barrio, a fomentar la convergencia de ambas culturas y a mejorar el ordenamiento y la movilidad en el espacio público".
Para Alejandro, residente en esta ciudad, la iniciativa está "bien" y es "muy buena".
"Estamos en una diversidad cultural, entre muchos países, se ven muchos residentes de origen chino y creo que eso facilita moverse y la integración. Para mí es una muy buena iniciativa", consideró.
Pin, un alumno chino que llegó al país para estudiar durante un semestre, opinó que la idea es "genial, especialmente cuando se reconocen los caracteres chinos". "Es mucho más fácil de entender", destacó a Xinhua.
En mayo pasado, el gobierno bonaerense inauguró en el barrio cuatro esculturas donadas por la Oficina de Asuntos de Chinos de Ultramar del Consejo de Estado (poder ejecutivo) chino.
"Estas esculturas nos ayudan a potenciar la cultura china, es algo lindo que hacemos desde la ciudad para seguir manteniendo esta combinación cosmopolita que hace fantástica a Buenos Aires", expresó entonces el alcalde, Horacio Rodríguez Larreta.
Las figuras fueron donadas por el organismo a través de su embajada en el país sudamericano, en el marco de la puesta en valor de la tradicional zona comercial del barrio de Belgrano (donde está integrado el barrio chino).
Dos de las nuevas esculturas representan al Dragón Celestial y las otras dos a Leones de Fu.
Las obras en la zona, que comenzaron en mayo del año pasado, incluyeron la ampliación y el recambio de las veredas, y la nivelación con la calzada para mejorar la circulación del peatón, tal como se hizo en el centro de esta capital.
Además, se instalaron nuevas luminarias LED y más árboles.
El barrio chino de Buenos Aires, con sus restaurantes, pescaderías, imprentas, supermercados con productos típicos de Asia y locales de ropa oriental, es una visita obligada para quienes recorren esta capital.
El distrito tiene su tradicional arco de entrada, elaborado en cemento y piedra, y que llegó desarmado de China. Mide 11 metros, tiene tres niveles de tejas y los extremos de los techos adornados con dragones. Cada columna termina con un león de piedra tallado en la base.