La Crisis de los refugiados es el amargo fruto de la errónea política occidental en Medio Oriente |
Fuente: China Daily
Hungría, 07/09/2015(El Pueblo en Línea)- Nunca debería haber sucedido esa terrible y desgarradora escena: el niño Aylan Kurdi, vencido, ahogado en un playa turca. Injusto, muy injusto. Sin embargo, la muerte de esa criatura es sólo la punta del iceberg cuando se trata de una crisis humanitaria que es un resultado de los conflictos armados y los disturbios sociales en países como Siria, Libia e Irak.
Según estimaciones de las Naciones Unidas, en lo que va de año más de 300.000 personas se han aventurado a huir del área de conflicto, a través del Mediterráneo, con la esperanza de pisar Europa. En esta cruel odisea, 2.500 seres humanos han perdido la vida.
El número creciente de muertes y los frecuentes enfrentamientos entre los desplazados y la policía de aquellos países que los reciben demuestra que la civilizada Europa no estaban preparada para esta crisis.
Y ya sumidos en el laberinto de la deuda griega, los países europeos se han demorado en mostrar su compasión y extender su auxilio a los necesitados, mientras más y más ultrajados tocan tierra después de arriesgar sus vidas en sufridos y peligrosos viajes, a través del Mediterráneo.
Algunos europeos parecen haber olvidado sus principios humanitarios y su estricto desvelo por los derechos humanos cuando deciden cerrar las fronteras y hacer caso omiso a las súplicas de las víctimas de la guerra, tenga la edad que tengan, o bien perdiendo el tiempo (tan valioso en estas situaciones de vida o muerte) en mezquinas discusiones sobre las "cuotas" del número de refugiados que cada país debería aceptar.
Después de la muerte del pequeño Aylan, Alemania y Austria han tomado la iniciativa, una actitud que debe aliviar temporalmente las tensiones. Sin embargo, sigue siendo necesario encontrar una solución a largo plazo para abordar lo que se percibe como el mayor flujo de refugiados hacia Europa, desde la Segunda Guerra Mundial.
La crisis de los desplazados es el amargo fruto de la política intervencionista estadounidense y occidental en el Medio Oriente.Y Siria ha estado sumida en una guerra civil durante casi cinco años como resultado de la intervención occidental.
Obviamente, cualquier solución a la crisis de los refugiados, sin ahondar en la causa que la provoca, será un paliativo más. Los países occidentales implicados, y principalmente los Estados Unidos, deben asumir sus responsabilidades en este desastre humanitario, evitar mayores sufrimientos para la humanidad e implicarse, con fraternidad y ahínco, en lograr la paz y la estabilidad en el Medio Oriente.