SANTIAGO, 18 ago (Xinhua) -- El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó hoy al gobierno chileno la adopción de medidas encaminadas a recuperar la confianza de los actores políticos y de la sociedad en las reformas estructurales, claves para el crecimiento del país.
En un informe elaborado por los expertos Luc Eyraud, Lusine Lusinyan y Marika Santoro, el FMI pidió reencauzar la economía de Chile, en desaceleración desde 2013, con el fin de lograr mayor apoyo a las reformas tributaria, educacional, laboral y una nueva Constitución.
Chile, al igual que la mayoría de los países de América Latina, atraviesa tiempos difíciles, tras una década de crecimiento económico debido a condiciones externas favorables.
El país redujo su crecimiento económico de un promedio de 5 por ciento de 2004 a 2013, a 1,9 por ciento en 2014, debido principalmente a la caída de la inversión privada.
Los expertos se preguntan si desaceleración es temporal o el comienzo de una "nueva normalidad" para el país sudamericano.
Plantean que la desaceleración refleja en gran medida el ajuste de Chile al descenso de los precios de las materias primas a partir de 2011, y también la incertidumbre y los costos del ajuste derivados de las reformas estructurales anunciadas en 2014.
Según el FMI, en gran medida, la desaceleración de la economía se debe al fin del "superciclo" de las materias primas, especialmente de cobre, principal producto de exportación de Chile.
Después del auge del sector de la minería en la segunda mitad de la década de 2000, los precios del cobre disminuyeron alrededor de 40 por ciento con respecto a su máximo a comienzos de 2011 y en julio del presente año, cuando alcanzaron su nivel más bajo en 6 años.
La minería del cobre en la economía de Chile representa el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile y la mitad de sus exportaciones, y recibe la mitad de los flujos de inversión extranjera directa, por lo cual era inevitable el efecto negativo en la economía.
Según el informe, el descenso persistente de los precios del cobre tiene un efecto sustancial y prolongado en el nivel del PIB en Chile, el cual pude demorar hasta una década en recuperarse.
El organismo agregó que un descenso del 20 por ciento en el precio del cobre, con respecto a su promedio máximo en el periodo 2006-2014, puede restar unos 3 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de Chile en los próximos 5 o 10 años.
A ello se suma el descenso de la inversión en 2014, causado, además, por una fuerte caída de la confianza empresarial que no se puede explicar totalmente por la disminución de los precios del cobre y la actividad económica.
"Esto puede de hecho ser un reflejo de la reacción de la comunidad empresarial de Chile a la incertidumbre asociada al ambicioso plan de reformas estructurales anunciado por la nueva administración a comienzos del año pasado", indicó el FMI.
El propósito del gobierno de la mandataria Bachelet es fomentar un crecimiento más firme e inclusivo y que quede de forma permanente, con el fin de contar con recursos para ayudar a los sectores más vulnerables de Chile.
"Si se aplican correctamente, las reformas tienen el potencial de estimular la productividad y el crecimiento a mediano plazo, pero pueden implicar costos a corto plazo", afirmó el informe.
Uno de esos costos se asocia con el mayor costo del capital derivado de la reforma tributaria, aprobada en septiembre pasado para ayudar a financiar el gasto en esas áreas.
Otras reformas intentan introducir cambios significativos en el entorno económico de Chile, como la reforma del mercado laboral, objeto de debate actualmente en el Congreso, y la anunciada reforma constitucional parecen haber aumentado la incertidumbre del sector privado.
Según el FMI, para reactivar el crecimiento, "Chile deberá trabajar en dos frentes, adaptarse a las nuevas condiciones externas y minimizar los posibles efectos negativos a corto plazo de las reformas internas".
Destacó que adaptarse al fin del superciclo de las materias primas requerirá esfuerzos para diversificar la economía a otros sectores además del cobre. Al buscar mejoras en la infraestructura y el capital humano, el plan de reforma de las autoridades es un componente esencial de una estrategia de diversificación.
No obstante, son necesarias otras medidas para incentivar la innovación y la productividad.
El gobierno puso en práctica un programa que proporciona fondos a empresas nuevas y el FMI sugiere que esos planes se amplíen y se fortalezca la colaboración entre empresas, universidades y otras instituciones de investigación para aumentar las actividades de investigación y desarrollo.
También planteó que para impulsar el crecimiento a corto plazo será necesario recuperar la confianza empresarial; aunque algunos de los costos a corto plazo de las reformas son inevitables, otros se pueden mitigar o eliminar mediante el diseño cuidadoso de políticas económicas.
Citó como ejemplo, que si bien un aumento de la sindicalización y la negociación colectiva pueden ayudar a reducir la desigualdad de salarios y promover el diálogo social, los cambios en las instituciones del mercado laboral no deben realizarse a costo de reducir la eficiencia del mercado laboral.
También señaló que la reforma educativa debe orientarse a aumentar la calidad del capital humano de Chile, incentivar la productividad y reducir las desigualdades del ingreso, además de cuidar los efectos de la educación terciaria gratuita en la distribución del ingreso y la posición presupuestaria.
Finalmente, sugirió al gobierno "aclarar mejor el plan de implementación de la anunciada reforma constitucional, con el fin de que haya claridad respecto a lo que se busca es contar con una Carta Magna más democrática y que sea adoptada por la mayoría de la población".