PARIS, 23 mar (Xinhua) -- Valery Giscard d'Estaing, el tercer presidente de Francia, todavía puede relatar de forma vívida el momento histórico de hace 50 años, cuando el entonces presidente francés Charles de Gaulle explicó a cientos de periodistas su decisión de establecer lazos diplomáticos con China.
El gran pueblo chino, la mayor población sobre la tierra, habita un inmenso país, dijo De Gaulle.
China no sólo es una nación o un Estado-nación, sino que fundamentalmente es una civilización, una "muy única y muy profunda civilización", indicó el ex mandatario, quien agregó que las soluciones duraderas a cualquier problema serio en Asia o incluso en el mundo dependen de una participación activa y constructiva de China.
El discurso, recordado por D'Eistang de 88 años de edad, originó fuertes repercusiones en la comunidad internacional y Naciones Unidas expresó de inmediato su insatisfacción.
Durante un muy largo período de tiempo desde entonces, Francia fue la única potencia occidental que le dio su reconocimiento a República Popular China y que desempeñó un papel destacado en el desarrollo de los lazos entre China y Occidente.
Wang Hua, ahora de 77 años de edad, es un ex diplomático chino ante Francia. En la década de los sesenta, Wang fue maestro de francés en la Universidad de Peking.
Un día de 1964, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de China fueron a la universidad para preguntarle sobre algunas cuestiones de la gramática francesa. La excelente competencia de Wang en el francés impresionó a los funcionarios del ministerio, quienes le preguntaron si estaba interesado en unirse al equipo del ministerio encargado de preparar el establecimiento de la embajada china en Francia. Wang dijo que sí sin dudarlo, una decisión que cambió de forma significativa su vida.
El 23 de febrero de 1964, Wang llegó a París con un grupo de trabajo chino con la finalidad de preparar el establecimiento de la embajada. El equipo recibió una calurosa bienvenida de los chinos que vivían en Francia y de los medios franceses.
En sólo tres meses, Wang y sus colegas concluyeron su labor y el primer embajador de China en Francia, Huang Zhen, asumió el cargo el 2 de junio de ese año. El mismo día en Beijing, el primer embajador de Francia en China, Lucien Paye, presentó sus cartas credenciales al entonces líder chino Liu Shaoqi.
Pero en esa época, la gente francesa tenía poco conocimiento de cómo era en verdad China. Wang recordó que con frecuencia le preguntaban si los chinos todavía llevaban trenzas largas.
El establecimiento de lazos diplomáticos entre los dos países ayudó a impulsar los intercambios entre los dos países, dijo Wang.
Diez años después de que China y Francia establecieron sus relaciones diplomáticas, D'Estaing asumió el cargo de presidente de Francia e hizo su primera visita a China en 1980.
"En esa época, China era completamente diferente de lo que es ahora", dijo D'Estaing. "La primera vez que fui a China, todavía podía ver a los campesinos trabajando en los campos al margen de los estrechos senderos curvos que atravesamos cuando fuimos del aeropuerto al centro de Beijing".
"En Shanghai, cuando dimos un paseo en el Bund, lo que vimos en el río Huangpu fueron vastos campos cultivados, donde no había ni un solo indicio de construcción", agregó el ex presidente.
Pero en los últimos años de su administración, cuando Wang Hua ya había sido asignado otra vez como diplomático en Francia, China ya se había embarcado en una nueva etapa de desarrollo.
El ex líder francés le dio una buena evaluación al desarrollo chino en las últimas décadas y piensa que China está concluyendo su regreso al escenario internacional luego de la introducción de la política de reforma y apertura hace más de 35 años.
"El sueño chino propuesto por el presidente Xi Jinping significa que China disfrute de felicidad y justicia, un Estado que merezca el respeto del mundo y un país que esté más estrechamente vinculado con nosotros", dijo D'Estaing.
Ahora, en su jubilación, D'Estaing visita a China casi cada año. A sus ojos, China es ahora un país lleno de vigor y vitalidad.
El ex mandatario también es un aficionado de la cultura china. D'Estaing puede pronunciar palabras chinas sencillas y leer alrededor de 1.000 carácteres chinos.
Luego de que Wang se retiró de su carrera diplomática, sus esfuerzos encaminados a impulsar los intercambios culturales entre China y Francia continúan. En 2004, fue galardonado con la Legión de Honor por el entonces presidente francés Jacques Chirac por su contribución a los lazos chino-franceses.
Los esfuerzos realizados por D'Estaing y Wang también influyeron a sus segundas generaciones: el hijo de D'Estaing, Henri d'Estaing, es un personaje empresarial que ha logrado construir con éxito modelos de colaboración entre empresas chinas y francesas.
Por otra parte, el hijo de Wang, Wang Yan, uno de los principales fundadores del portal chino de Internet Sina, también participa de manera activa en los intercambios entre China y Francia.