El Gobierno de Brasil, en cooperación con el de Alemania, instalará en plena Amazonñia una torre de 320 metros de altura para la investigación científica, informaron hoy fuentes oficiales.
El proyecto, cuyo nombre será Amazon High Towe Observatory (ATTO, en sus siglas en inglés), requerirá una inversión de 22 millones de dólares, de los que 10 los pondrá el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil, 10 el Gobierno alemán y 2 el Gobierno regional de Amazonas, el estado brasileño en el que estará la torre.
"Es un proyecto a largo plazo para controlar la Amazonia", explicó el investigador del INPA (Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía) y coordinador brasileño del proyecto, Ocimar Antonio Manzi, quien aseguró que la instalación debe estar lista a finales de diciembre.
La ATTO tendrá una altura superior a la de la Torre Eiffel de París, y debe servir para estudiar la composición química de la atmósfera sobre el bosque, sobre todo en los niveles de CO2, así como elementos tales como nitrógeno y fósforo, la formación de nubes y las precipitaciones en la Amazonía, el intercambio de materia y energía entre la biosfera y la atmósfera en el área de estudios forestales, ecología, como la vegetación de los bosques, los nutrientes y la composición del suelo entre otros temas.
Además de la torre de 320 metros, se construirán también cuatro torres auxiliares, haciendo la forma de una cruz, a unos 100 metros de distancia de la principal, y de 80 metros de altura cada una.
La torre se instalará a unos 150 kilómetros al noreste de Manaus, en una línea recta, en un proyecto que debe tener al menos 30 años de duración.Actualmente hay varias torres de estudio científico en la Amazonía brasileña, mayor selva forestal del planeta, todas ellas de entre 65 y 85 metros.
La estructura, que debe ser una de las más grandes del mundo entre las que se construyeron para fines científicos, permitirá medir los datos procedentes de largas distancias, hasta de 1.000 kilómetros, dependiendo de la velocidad del viento, explicó Manzi.
Un programa similar al ATTO, con el objetivo de hacer el seguimiento meteorológico, está en marcha en la Siberia rusa desde hace años, con una torre de 300 metros de altura que instaló en la la pequeña localidad de Zotino, a 3.000 kilómetros de Moscú.